VIEDMA (AV).- "No tengo miedo de que se plebiscite la gestión provincial", sostuvo el gobernador Miguel Saiz, esperanzado en la victoria pero aceptando que una derrota "no es la muerte de nadie" y si eso ocurre habrá que hacer "correcciones" en la gestión "para llegar al 2011".

El justicialismo planteó el reto electoral sobre el gobierno rionegrino y Saiz recogió el guante, adelantando un lineamiento inusual en él: cambios y modificaciones en su gobierno si el oficialismo pierde el próximo 28 de junio.

En Viedma, el mandatario habló el viernes con la prensa después del lanzamiento de la candidatura de Hugo Castañón.

"Se trata de una elección de diputados nacionales, pero no le tengo miedo a que se plebiscite mi gestión y si quieren discutir realizaciones. Estamos tranquilos de todo lo hecho en Río Negro. Pero, parece que (los justicialistas) no están tan convencidos, nunca lo estuvieron, de defender al gobierno nacional. No tienen ganas de defender ese plebiscito y no es que el gobierno nacional no tengan méritos sino que no están convencido ellos y sólo hicieron oportunismo político".

- ¿Cómo afectará una derrota para la gobernabilidad hasta el 2001?

- Lo importante y central es que se eligen dos candidatos nacionales. Un triunfo sería más lindo, más fácil y mucho mejor para llegar al 2011 pero ya debemos saber, después de 25 años de democracia, que un resultado electoral no es la muerte ni es la vida de nadie. Si se gana mucho mejor y si se pierde habrá que tomar nota y corregir el rumbo. Hacer las correcciones necesarias para ganar en la próxima.

En otra parte del diálogo, el mandatario resaltó que "no habrá mandato expreso para quienes llegan al Congreso. No se va al Congreso para ser anti-nada sino a favor de aquellos proyectos que favorezcan a Río Negro".

"La campaña será violenta para (Carlos) Soria. La gente esta cansada del agravio y la descalificación, desde el radicalismo estamos haciendo una campaña con la gente, escuchándola y tratando de dar solución a su pedido".

Saiz también enumeró tres hechos que consideró complicaron a la Concertación nacional. Mencionó a "la votación de la resolución 125, la ida de Alberto Fernández de la Jefatura de Gabinete que era nuestro principal interlocutor, y la decisión del ex presidente Néstor Kirchner de presidir el partido Justicialista. Se sabía que el camino -agregó- era difícil, con pozos y curvas, que nos podía hacer ir a la banquina, y eso ha ocurrido".

También minimizó las diferencias entre la presidenta Cristina Fernández y el vicepresidente Julio Cobos.