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Crimen de Longui Chen: un año de impunidad | ||
El único sospechoso fue absuelto y liberado después del juicio. El asesinato movilizó a toda la comunidad allense. | ||
ALLEN (AA).- Se cumple hoy un año del trágico episodio que consternó y movilizó a toda la comunidad de Allen: el asesinato a sangre fría del comerciante chino Longui Chen, un hecho que continúa impune a pesar de la investigación judicial. Era una mañana de mayo, fría y gris. La ciudad preparaba la celebración de un nuevo aniversario y cientos de palomitas de papel, celestes y blancas, adornaban las calles. En las radios, el tema de la jornada era el arribo de Víctor Heredia, quien con su música llegaría para animar el cumpleaños de Allen en el anfiteatro municipal. Pero de repente, un estruendo rompió la tranquilidad matinal y paralizó a cada uno de los allenses. Un asaltante ingresó al supermercado Fulong, del barrio Guarnieri, y de un disparo terminó con la vida de Longui Chen, un joven comerciante chino. Fue un mediodía dramático, cargado de angustia e incomprensión. El sacudón fue tal que en la mesa de los habitantes de Allen no podía hablarse de otra cosa y la consternación alcanzaba a grandes y chicos. La reacción no tardó en llegar. Algunos vecinos se agruparon y por la tarde convocaron a una movilización para exigir justicia y más seguridad. Al día siguiente, cuando reloj marcó las 11, una multitudinaria marcha comenzó a recorrer las calles de la localidad. Todo el pueblo se manifestó para reclamar el esclarecimiento del aberrante hecho. La bronca y la indignación se hicieron sentir ante las autoridades locales y provinciales. Luego del asesinato, la Justicia inició su actuación. La principal testigo del sangriento suceso fue Débora Ganga, una joven que trabajaba como cajera en el supermercado Fulong y que logró identificar al asaltante mediante un álbum de fotos y una rueda de reconocimiento. En el marco de la investigación del crimen se concretaron varias detenciones y posteriormente se procesó a Rodrigo Padilla Méndez, un hombre señalado por la empleada del comercio como el autor del hecho, y al que la prueba del dermonitrotest le había dado positiva. En febrero de este año se juzgó al único imputado en la causa y Padilla Méndez recuperó su libertad luego de que la cajera que lo había identificado dos veces en forma previa se desdijera de todos sus dichos. Así "se cayó" la única prueba que existía en contra del sospechoso. Débora Ganga dio a entender que la propia policía la habría inducido a apuntar al sujeto. "Yo dije que era parecido. Nunca dije que era él", sostuvo la cajera ante el Tribunal. Finalmente, el 11 de febrero, el fiscal Miguel Fernández Jahde indicó que el testimonio de Ganga en el juicio hacía caer todas las presunciones en contra del acusado, por lo que solicitó que a la ex empleada del supermercado Fulong se le inicie una causa por falso testimonio y que Padilla Méndez fuera absuelto de culpa y cargo. | ||
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