ROCA (AR).- El adolescente de Roca de 17 años, quien cerca de la madrugada del miércoles fue encontrado en su casa de barrio Nuevo, agonizando por un disparo en la cabeza, murió antenoche en el hospital Francisco López Lima. Pese a los esfuerzos médicos, la bala que atravesó su cráneo desde la sien derecha le provocó lesiones irreversibles y le costó la vida.
El caso sigue bajo investigación en el juzgado de instrucción 2 y en la Comisaría 21, ya que aún no está claro si se trató de un accidente (como dijeron fuentes policiales y judiciales desde un principio) o si pudo ser un suicidio o un asesinato.
Un dato que "movió el tablero" fue aportado por la madre del adolescente, quien ya declaró ante el juez Rubén Norry. Según la mujer, minutos después del hecho recibió un llamado anónimo de una persona que afirmaba que su hijo había sido asesinado. Es más, el desconocido incluso dio el nombre del presunto autor.
Pero pese a la gravedad de la declaración, hasta ayer las líneas más fuertes de la investigación apuntaban al accidente o al suicidio. De hecho, fuentes judiciales indicaron que el chico vivía en un "total estado de abandono y desprotección material y emocional" y que "en algunas oportunidades había manifestado su intención de quitarse la vida". Esas mismas fuentes consideraron como "totalmente creíbles" los testimonios de los dos amigos del adolescente, quienes se encontraban con él al momento del confuso episodio en la casa de Rosario de Santa Fe y Cardenales donde vivía el joven con un hermano.
El dermonitrotest en las manos del chico dio resultados negativos, pero los investigadores lo atribuyen a que en el hospital le desinfectaron por completo el brazo derecho para colocarle el suero. Sí se hallaron restos nitrados en su ropa.