La frustrante eliminación en la Libertadores no hizo más que acelerar los procesos, y las palabras del presidente Amor Ameal, acerca de que "Boca respeta los contratos", sólo suena a eufemismo. Lo cierto es que Carlos Ischia se sentará en el banco de los suplentes mañana en la cancha de Vélez, pero ya es un hecho que la directiva forzará su renuncia después de ese cotejo.
"No voy a renunciar, tengo contrato hasta diciembre", dijo el DT después de reunirse con Bianchi. Más allá de las formas, el destino de Ischia está señalado: dejará de ser el entrenador xeneize. ¿Quién se resiste a esta sentencia? Sólo Ischia. Es más, según Télam la dirigencia le habría ofrecido que renuncie y a cambio le respetaría el pago de los 350.000 dólares del contrato, desde junio hasta diciembre, cuando vence el acuerdo.
La estrategia de la dirigencia tiene que ver con el partido de mañana. Ameal y Cía. esperan que sean los hinchas quienes, a modo de referéndum, fijen posición y expresen hacia el entrenador un rechazo de tal calibre que lo obligue a repensar su posición y lo fuerce a dar el ansiado "paso al costado". Los directivos también esperan que los jugadores presionen y que le hagan saber al entrenador que ya no lo respaldan y que debe dimitir.
Si eso sucede, ¿asumirá el manager? Hoy parece ser el gran interrogante en cuestión, al igual que saber cuál será el destino de varios de los "históricos" después de un ciclo que está cumplido.
Ameal no lo dice aún, pero quiere que Bianchi se haga cargo del equipo a partir del Apertura y en el seno de la comisión directiva entienden lo mismo.
Es más, varias voces aseguran que el suntuoso contrato que firmó el "Virrey" -ahora se lo ve así- sólo se sostendrá si vuelve a calzarse el buzo de DT. El otro gran problema de Boca tiene que ver con lo económico-financiero, ya que la temprana eliminación copera -la primera en octavos en los últimos 20 años- provocará pérdida de varios millones de dólares en conceptos de televisación, recaudaciones, sponsors y otras yerbas. (Ver aparte)
"Mi contrato es hasta diciembre y lo voy a respetar a muerte. Estoy muy dolido, con un dolor en el alma muy fuerte. Teníamos mucha ilusión de ganar la Libertadores, era nuestro gran objetivo", dijo Ischia en la conferencia de prensa que dio ayer tras la práctica.
Antes, Ischia se entrevistó con Bianchi y, al parecer, se llevó la convicción de que su antiguo amigo no torcerá su decisión y no aceptará ser su sucesor inmediato. Por la tarde, en la presidencia, los que se reunieron fueron Ameal, Bianchi y el vice de fútbol profesional, Marcelo London, y lo primero que se supo a través de las paredes fue que el manager expresó que no hay que apresurarse mientras los dos dirigentes están seguros de que hay "ciclo cumplido".
Igual, el titular xeneize fue diplomático cuando enfrentó a los medios y eludió una respuesta concreta a la pregunta sobre si estaba en condiciones de asegurar la continuidad de Ischia hasta fin de año. En las últimas horas volvió a circular con insistencia el nombre de Jorge Bermúdez, a quien desde hace tiempo se viene mencionando como candidato a reemplazarlo.
Sucede que el "Patrón" reúne dos condiciones fundamentales: temperamento para plantarse cara a cara ante cualquiera de sus ex compañeros y veneración por Bianchi, como para aceptar injerencias suyas en el equipo.
Así están las cosas hoy en Boca, un caos donde se conjugan un técnico que no se quiere ir, una dirigencia que no lo quiere pero se resiste a echarlo, un plantel que está fracturado, varios históricos con ciclo cumplido y graves preocupaciones económicas.