NEUQUÉN (AN).- La posible presentación de un testigo clave generó expectativa en la segunda audiencia del juicio por el asesinato del comisario Jorge Chaktoura. Sin embargo luego de esperarlo en vano casi toda la mañana, se resolvió pasar a cuarto intermedio hasta el martes.
Por otra parte, una vecina no pudo identificar a los acusados y un policía relató como un hombre se acercó a proporcionarle los nombres de los autores del crimen.
El juicio por el asesinato del 30 de diciembre de 2006 comenzó pasadas la 9:15 y de los siete testigos programados sólo cinco se hicieron presentes. Asistió Ana Luz, la viuda del comisario asesinado, quien se sentó en el extremo opuesto al de los imputados Néstor Zapico y Guillermo Garro Umanzor.
Entre los testigos ausentes el más significativo es un hombre que habría conducido a los imputados hasta el hogar de la víctima, en Santiago del Estero al 1.000, y luego aportó información que resultó relevante para esclarecer el caso.
Al testigo se lo esperó todo el día y hubo anuncios de que estaba en camino hacia el tribunal. Pero debido a lo avanzado de la hora, y a que había que desalojar la sala para continuar el juicio por el crimen del sargento ayudante Gabriel Jara, se resolvió postergarlo para el martes.
A Zapico, presunto autor material, se lo vio distendido y conversó mucho con su abogado, el defensor oficial Fernando Zvilling. En cuanto a Garro Umanzor, sonrió varias veces al lado del defensor Carlos Tejeda.
La primera testigo fue la hija del comisario Chaktoura, quien no presenció el crimen por lo que su aporte fue limitado.
Luego un cabo de la policía confió haber encontrado a la nieta del matrimonio en el auto que estaba en la cochera, tal como la había dejado la viuda después de ser abordada por los delincuentes.
Una vecina que reside a dos cuadras de los Chaktoura declaró que observó un movimiento extraño esa noche sobre calle Santiago del Estero. Primero un Renault gris al cual le memorizó los números de la patente, 142. Después vio venir caminando a dos sujetos, por la vereda de enfrente, uno de los cuales parecía recriminarle algo al otro. "Intuí que venían de hacer algo malo", afirmó. El auto sería el Renault Megane en el que se movilizaban los asaltantes.
La defensa le consultó a la joven si había notado alguna deficiencia en el caminar de los sujetos a lo que ella respondió que no. Hubo un respiro de alivio por parte de Zapico en ese momento, ya que el acusado tiene un defecto al andar.
Otro policía que declaró ayer recordó que días después del homicidio estaba prestando servicio adicional en la casas matriz del BPN cuando un hombre de apariencia albañil se le acercó y sin querer ser identificado le brindó datos de los autores del crimen. Además de Zapico, que ya estaba siendo buscado por la policía, le aportó el dato de los supuestos cómplices: Garro y otro apodado El Pitufo.
El albañil le aclaró que vivía en el mismo barrio, Belén, por lo que no quería represalias y le contó que Zapico había partido a Viedma, el Pitufo a Chile y que Garro se había cortado el pelo y teñido.
El policía anotó todos los datos en un cartón de cigarrillos que está en el expediente.