Jueves 21 de Mayo de 2009 Edicion impresa pag. 25 > Internacionales
Guantánamo: duro revés legislativo para Obama
El Senado le negó los 80 millones de dólares que había pedido para cerrar la prisión. Legisladores temen que los presos pisen suelo estadounidense. El mandatario habla hoy sobre el tema.

WASHINGTON.- El Senado de Estados Unidos propinó ayer un revés a los planes del presidente, Barack Obama, de cerrar el campo de prisioneros de Guantánamo al negarle en una votación masiva los 80 millones de dólares que había pedido para poder cumplir su promesa de clausurar la cárcel en la base naval en territorio cubano antes de enero del año próximo.

La decisión de la Cámara Alta norteamericana se produce apenas 24 horas antes de que Obama se dirija a la nación para hablar precisamente de seguridad nacional y, en concreto, de Guantánamo, en un discurso anunciado desde hace días y en el que se espera que el mandatario explique algo más sus hasta ahora poco definidos planes para la base militar.

Lo más notable de la rotunda votación, que se saldó con 90 votos en contra de la petición de Obama frente a sólo seis favorables, es la negativa por parte de muchos senadores demócratas a respaldar la demanda de su presidente, aliándose en esta ocasión con sus pares republicanos.

El motivo subyacente a este alineamiento es la creciente oposición a la posibilidad de que algunos de los 240 sospechosos de terrorismo que aún están en Guantánamo puedan ser trasladados a territorio estadounidense, tema que los republicanos han estado explotando con éxito en los últimos tiempos y que muchos demócratas ven como un riesgo político demasiado alto.

Unos temores que se vieron respaldados ayer por el director del FBI, Robert Muller, quien en una comparecencia ante una comisión del Congreso manifestó su "preocupación" por la posibilidad de que los detenidos en Guantánamo puedan llegar a pisar suelo norteamericano, incluso aunque sea en una cárcel de alta seguridad.

"Me preocupa que la decisión de la nueva administración de cerrar Guantánamo pueda provocar que algunos de los terroristas más peligrosos sean transferidos en Estados Unidos o liberados en comunidades estadounidenses", dijo Muller.

"Traer terroristas a Estados Unidos mina los esfuerzos del FBI para evitar otro ataque terrorista", subrayó el director del Buró Federal de Investigaciones, para quien "no se obtiene ningún beneficio permitiendo que conocidos terroristas, que fueron entrenados en campos de entrenamiento terroristas, vengan a Estados Unidos a vivir entre nosotros".

Los demócratas dijeron que no abrirán la llave de los fondos hasta que Obama presente un plan más detallado para el cierre de Guantánamo, tema que el presidente pretende revelar durante su discurso de hoy en Washington, según adelantó la Casa Blanca.

Al igual que ya hiciera la víspera, cuando se empezó a revelar la negativa de incluso los demócratas a respaldar la petición de Obama, la Casa Blanca admitió hoy la necesidad de presentar un plan antes de que el Congreso permita la entrega de los 80 millones de dólares pedidos en el marco de un presupuesto de 91.000 millones de dólares para las guerras de Irak y Afganistán.

"Comprendemos y coincidimos en que antes de que se den los recursos, el Congreso merece más detalles del plan", reiteró hoy el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs.

"Hoy ya hemos discutido algunas de las complicadas decisiones que tienen que tomarse para avanzar y el presidente empezará a explicar parte de estas discusiones mañana, delineando algunas de las decisiones que sabe que tienen que ser tomadas junto con otras agencias de la administración y miembros del Congreso", añadió.

Sus palabras eran una respuesta al reclamo del líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, quien afirmó que "los demócratas no avanzarán bajo ninguna circunstancia (la petición de Obama) sin un plan amplio y responsable del presidente". "No permitiremos nunca que los terroristas sean soltados en Estados Unidos", subrayó, marcando ya un límite a Obama.

La decisión del mandatario de cerrar Guantánamo, que anunció apenas unos días después de asumir la presidencia en enero, fue alabada ampliamente. El campo de prisioneros en la base naval norteamericana ha sido durante años motivo de indignación contra Estados Unidos y se convirtió en el símbolo de los presuntos abusos de la administración de George W. Bush en su guerra contra el terrorismo.

Sin embargo, desde entonces las reticencias han sido crecientes. Las encuestas demuestran que los norteamericanos no quieren que los detenidos sean trasladados a Estados Unidos. A la par, sin embargo, negarse a liberar a los alrededor de 30 prisioneros que Obama ha calificado como susceptibles de ser puestos en libertad minarían sus esfuerzos para convencer a otros países para que acepten a algunos de los detenidos. Hasta la fecha, sólo dos detenidos han sido liberados. Uno de ellos fue trasladado a Gran Bretaña y el otro, hace sólo una semana, a Francia.

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí