Lunes 18 de Mayo de 2009 Edicion impresa pag. 28 > Cultura y Espectaculos
Mario Benedetti (1920-2009): Adiós al poeta del compromiso
El escritor falleció en su casa de Montevideo a los 88 años. Nacido en 1920, integró el "boom" de la literatura latinoamericana. Con él se apaga una de las voces fundamentales de la poesía.

Si sólo hubiera escrito "La Tregua", Mario Benedetti hubiera sido inolvidable. Pero el escritor uruguayo le sumó el imprescindible "Gracias por el fuego". Y los poemas. Esos poemas que difícilmente se pierden en la memoria y que uno recuerda más allá del paso del tiempo. Porque vivían en las películas, o en las canciones de Serrat, de Sabina, de Pablo Milanés, de Daniel Viglietti; en sus libros; o simplemente en el recuerdo. Mario Benedetti, el mismo que le puso el cuerpo a esas letras, murió ayer, a los 88 años, después de pelear duramente contra una serie de problemas respiratorios que terminaron venciéndolo. "Falleció mientras dormía en su domicilio y en profunda paz. De a poquito dejó de respirar", dijo su secretario Ariel Silva,

Pero tuvieron que pelearle mucho rato para darlo por vencido. Hacía ya casi dos años que su salud estaba golpeada. En 2006 había perdido a la compañera de su vida, tanto en libertad como en el exilio, Luz López, que falleció de un triste Alzheimer, en Montevideo, y a quien había conocido cuando apenas tenían seis años). Desde entonces tuvo que enfrentar varias veces sus serios problemas respiratorios. Y aunque se pasó todo un mes en un hospital, en Montevideo, el hombre se repuso.

Benedetti, el más prolífico exponente de la literatura uruguaya, un hombre de sonrisa amable y mirada buena, editó en medio de esos golpes a su salud, "Testigo de uno mismo", escrito en verso, un libro introspectivo y alejado de su habitual compromiso socio-político. Pero además, incansable, trabajaba hasta hace poco en un poemario, "Biografía para encontrarme", que seguramente se editará en breve. Ayer, en medio del dolor por su muerte, su país declaró duelo nacional.

Hay decenas de libros que atestiguan su talento y su compromiso político. Benedetti sabía moverse cómodamente en el mapa de la naturaleza humana y también sabía fotografiar con detalle a la clase media, y en particular a los burócratas.

La mayoría de las veces no eludía ni disimulaba su compromiso político con los movimientos de izquierda. Defensor de Fidel Castro, siempre se alineó con la revolución cubana. Estaba convencido de que había sido "un sacudón que nos cambió todos los esquemas y que transformó en verosímil lo que hasta entonces había sido fantástico. Hizo que los intelectuales buscaran y encontraran, dentro de su propia área vital, motivaciones, temas y hasta razones para la militancia".

Lo cierto es que si Benedetti sabía de la naturaleza humana era porque había vivido. No nació poeta aunque era evidente que le salía bien. Antes de dedicarse a tiempo completo a las letras y recibir prestigiosos galardones en todo el mundo, trabajó -desde los 14 años- en una casa de venta de repuestos de autos, donde se desempeñó como cajero, contable y hasta vendedor.

Benedetti nació el 14 de septiembre de 1920 en la ciudad de Paso de los Toros, en el departamento uruguayo de Tacuarembó, con más nombres que su simple y único Mario: Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farrugia dice su documento. Y con ese nombre a cuestas y su familia, se instaló en Montevideo.

En 1939 se trasladó a Buenos Aires y allí se quedó hasta 1941, cuando regresó a Montevideo para obtener un puesto de funcionario público. En 1945, año en que editó su primer libro de poesía, "La víspera indeleble" (que no vendió ni un solo ejemplar), Benedetti se integró al semanario Marcha, del que fue director literario hasta 1974, cuando fue clausurado por el gobierno de facto de la época. A partir de 1949 codirigió "Número", una destacada revista literaria de la época.

En 1960, "La tregua", y en 1965 "Gracias por el fuego´´ significaron la incorporación de Benedetti al llamado "boom´´ de la novela latinoamericana de la década de 1960, junto a la mesa de los grandes que integraban Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes. Novelas de amor y de toma de conciencia frente a una sociedad en crisis, ambas fueron éxitos literarios, sobre todo "La tregua´´, que fue traducida 19 idiomas y lleva más de 140 ediciones. La versión cinematográfica de Sergio Renán, fue nominada al Oscar a la mejor película extranjera en 1975.

Más tarde volvería sobre el cine, con la película de Eliseo Subiela "El lado oscuro del corazón" (1992), que no sólo estaba basada en sus poemas, sino que él mismo aparecía en pantalla, personificando a un marinero alemán que recita uno de sus propios versos a una prostituta mientras toma un whisky en un cabaret uruguayo.

En 1973, con el surgimiento de una dictadura militar que se extendió casi 12 años, Benedetti marchó al exilio. Desde entonces vivió en Buenos Aires, Lima, La Habana y Madrid. "Pienso que lo único positivo que hizo la dictadura uruguaya fue desparramar a mis montevideanos por todo el mundo, y seguí escribiendo sobre ellos en las distintas geografías del exilio´´, dijo en alguna oportunidad.

Junto a su actividad como escritor, Benedetti incrementó su participación política y pasó a liderar el "Movimiento de los Independientes del 26 de Marzo´´, que luego se integró al Frente Amplio, la coalición de izquierdas que en el 2005 alcanzó el gobierno en Uruguay. "Es bueno que los intelectuales alcen su voz, aunque su opinión no tenga ahora ninguna influencia, sobre todo para los políticos. Lo que dicen los intelectuales puede esclarecer una situación a un ciudadano de a pie, pero no se puede hacer caer un imperio con un soneto", dijo el escritor alguna vez.

En cualquier caso, no habrá hecho caer ningún imperio con sus poesías, pero difícilmente alguien las olvide y olvide su compromiso político. Porque seguirán vivas en los libros, el cine, la música, y en la memoria de todos.

(Agencias)

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