PARÍS (dpa).- Marcos y pedestales vacíos, una imagen poco común para uno de los museos más visitados del mundo. El Louvre parecía durante la Segunda Guerra Mundial un museo fantasma, debido a que por temor a un bombardeo o saqueo por parte de los nazis, obras de arte como la "Venus de Milo" o "La Gioconda" fueron llevadas a un lugar seguro a partir de 1938. Ahora, por primera vez el museo relata la historia de estos amargos años con una exposición, titulada "El Louvre durante la guerra, miradas fotográficas 1938-1947".
"Entre 1940 y 1944 el Louvre y París vivieron la ocupación más larga de su historia", afirmó el curador Guillaume Fonkenell en charla con DPA. La muestra, abierta hasta el 31 de agosto, contiene más de 55 fotografías, la mayoría nunca mostradas antes al público.
Entre finales de agosto de 1939, pocos días antes de la declaración de guerra en septiembre, y mediados de diciembre no cesó el convoy de camiones frente al museo. "En pocos meses 37 convoys se llevaron 3.690 cuadros", señaló el curador.
Entre los primeros estuvo "La Gioconda", que dejó el Louvre el 28 de agosto de 1939 e inició un largo viaje que la llevó al castillo de Chambord en el Loira; luego a Louvigny, al convento de Loc-Dieu; y de allí al Museo de Montauban y al final al castillo Montal en Lot, en el sudoeste de Francia.
Las obras fueron llevadas a castillos y museos que estaban lejos de las ciudades y de las líneas de tren. "La Gioconda´ es una de las obras que más veces se mudó de sitio", explica Fonkenell. La joven mujer de sonrisa misteriosa era vigilada constantemente. "Siempre había alguien cerca y también de noche alguien la guardaba", señala.
La pintura siempre ha estado en peligro. En 1911 fue robada y apareció dos años después en Florencia. Y en 1956 la parte inferior del cuadro fue dañada en un atentado con ácido. Por eso la pintura fue colocada en un cajón de madera y metida además en una maleta de mano especialmente hecha para ella.
Las fotos del Louvre vacío y huérfano resultan muy extrañas en un museo que es visitado al año por 8,5 millones de personas. Cuando el centro reabrió sus puertas el 1 de octubre de 1940 tras un año de cierre, resultaba casi irreconocible. "Sólo estaba abierta la planta baja y sólo parcialmente. Y en la mayor parte de las salas faltaban las obras maestras", explica el curador.
Algunas obras fueron sustituidas por una réplica de yeso, como la "Venus de Milo", cuyo transporte está especialmente documentado en la exposición. También brindan mucha información las fotos en blanco y negro de la "Exposición de obras maestras" organizada en 1945 en la Galerie Daru. Los visitantes son casi todos soldados.
Unas pocas imágenes documentan las acciones de la división nazi que confiscaba arte y piezas judías de propiedad privada. Primero las obras robadas eran llevadas a la embajada alemana, pero pronto se acabó el espacio, y tres salas del Louvre fueron utilizadas como oficinas de la división.