Domingo 17 de Mayo de 2009 Edicion impresa pag. 40 > Cultura y Espectaculos
Toda la vida tiene música
Desde Uruguay, y poco antes de presentarse en la región con el Trío Fattoruso-Maza-Fattoruso, el talentoso Hugo Fattoruso habló con “Río Negro” sobre los shows y, especialmente, sobre el legado de la música en su vida.
NEUQUÉN (AN).- La entrevista con Hugo Fattoruso empieza algo formal y termina como una charla de café. Se impregna, quizás, con los rasgos de la personalidad de este talentosísimo músico y compositor uruguayo que se pueden percibir desde el otro lado del teléfono en Uruguay. Se nota: es un tipo sencillo, amable, enérgico en sus apreciaciones, viajado, fresco, apasionado, pesimista, talentoso, agradecido, maestro, bonachón.El compositor, multiinstrumentista  y vocalista, niño prodigio de la música, regresa a los escenarios de la región acompañado de otros dos gigantes de la escena jazzera y de sonidos latinoamericanos: su hermano, Osvaldo Fattoruso en batería, y Daniel Maza en bajo. Harán dos recitales (en San Martín de los Andes el 23 y en Neuquén el 24), donde desplegarán un repertorio que conjuga candombe, jazz y toda la impronta de la música popular de Uruguay y Brasil.–¿Qué nos van a dejar?–Este trío tiene una particularidad: somos uruguayos los tres. Hemos tocado con diferentes formaciones, por ejemplo, con Luis Salinas. Nos conocemos, tenemos el idioma del candombe que en nuestra fusión es lo que más dejamos o llevamos, por ejemplo el candombe de fusión. Y la otra particularidad es que tanto Daniel Maza como yo, componemos temas. Así tocamos nuestras propias propuestas o composiciones.–Si tuviera que destacar alguna fortaleza del trío, ¿cuál sería?–Bueno, el carácter o el brío... queda horrible pero pienso que aquel que observa puede ver a las claras que es gente que se dedica al instrumento (por Maza y su hermano Osvaldo). Que es gente que tiene mucha intimidad con el instrumento. Que tiene algo para decir. No es como yo... (ríe).–Hablaba del candombe de fusión, ¿cómo fue el proceso de mezclar el jazz con el candombe y los ritmos latinoamericanos?–Y bueno... lo que corresponde a lo que llaman jazz es que tendría unas partes en las cuales se improvisa sobre la estructura del tema en sí, o sobre una parte específica. Eso es lo que corresponde a lo que la gente vulgarmente llama que “fusionan jazz”. El candombe, en realidad, es un ritmo que se toca con tres tambores, y es tambor y danza. Recién después se le agrega el canto. Y cuando se le agregan los instrumentos es otra cosa: es un candombe acompañado por tambores, una música con ritmos de candombe. El candombe son tres tambores que hablan entre ellos. Se responden y está toda el área cubierta. Ya cuando entra un pianista, un bajista, el trompetista, ahí es una música con ritmo de candombe. ¿La fusión? Es eso, lo que la gente percibe como fusión es que se improvisa en ciertas secciones del tema. A menos que sea específicamente un candombe que sea cantado, entonces son la melodía y la letra, y se terminó allí. Ya no hay solos, no hay nada. –¿De lo que suena actualmente hay algo que le interese especialmente?–La verdad es que lo que particularmente escucho y busco es música folclórica y regional. La música ciudadana en realidad no me interesa, no la percibo. Música ciudadana yo le llamo a Astor Piazzolla, es el único. También Horacio Salgan, esa es la única música ciudadana a la cual sigo y de la cual soy novio. Soy un enamorado. Pero los grandes solistas o como se les llame que vienen de la universidades no me interesan un pomo. Hace 30 años que no compro un disco de eso. Yo escucho y busco música folclórica, regional, de cualquier país que consiga.–En este continente tan rico...–Sí, pero aquí lamentablemente no hay difusión de la riqueza musical que hay en este continente. Hay cero difusión, nadie sabe un pomo.–¿De quién depende la difusión?–De los gobiernos, los gobiernos a través de sus departamentos de Cultura y, no sé, departamentos que yo llamaría de “Real interés continental de cultura”. Nadie sabe nada, no se conoce porque nadie sabe nada. De Venezuela, ¿quién sabe lo que se toca en Venezuela que es uno de los países con más riqueza musical de este continente?–¿Escucha todo lo que quisiera?–Igual que todas las personas. Por suerte estoy muy atareado y esto y lo otro, pero siempre hay un lugarcito. Y además que por la profesión de músico que uno viaja, tiene la oportunidad de husmear un poco. Una vez, por ejemplo, una vez me puse muy contento cuando viaje a Francia, hace más de 30 años, y encontré un departamento llamado “World Music”, y dije “ahora si voy a poder comprar” y cuando entré en la tienda me di cuenta que tenía que tener  250.000 dólares y un avión, sólo para traer los discos que tenían ahí. –Y del folclore argentino, ¿cuáles son los músicos y compositores destacados?–El “Cuchi” Leguizamón, los hermanos Dávalos, Juan Falú que es un animal, un animal y el más de los más, el capo de los capos, Roberto Di Filippo. Daniel Maza, que no lo conocía y yo tampoco, una vez estaba en Corrientes y fue al supermercado y compró un pan lactal. Con el pan venía un CD de regalo. Lo puso para ver qué era, y era Roberto de Filippo, el bandoneonista número uno de Argentina.–¿El CD venía con un pan lactal?–¡Sí! y me lo manda y me dice: “Mirá esto”,  y cuando lo escuché me quería morir... ¡Es un animal en el bandoneón!–En una nota con Javier Malosetti ponderó la escena jazzera argentina, que pese a todo sigue creciendo y sorprendiendo, ¿Comparte esta opinión?–Yo no estoy muy al tanto de lo que pasa en Argentina, pero siempre percibí la diferencia que hay entre ese país y Uruguay, sobre todo de las personas que van a escuchar a cualquier lugar donde voy a tocar. En Argentina escucha el 95% de las personas y hay un 5% que socializa. Acá es al revés: vos tocás en un boliche y hay un 95% hablando del gol de Boca, de River, y hay 5% que te escucha. En Argentina hay un culto a todo, pero a escuchar es uno de ellos y con los grandes músicos que hay... Concuerdo con Malosetti, el espacio no se perdió.–Su último disco solista es “Café Bar Ciencia Fictiona”, ¿qué quiere decir exactamente Ciencia Fictiona?–No quiere decir nada, para empezar que no hay ninguna ciencia. Y fictiona... la palabra no existe, entonces es una ciencia que no existe. Es una ficción. La música que hago no tiene ninguna ciencia, al menos lo que yo hago. El disco anterior se llama “Ciencia fictiona” y ahora le puse “Café bar” como si existiera un bar con ese nombre.–¿Le gustaría tener un bar?–Nooooo (ríe). Eso es un lío, que esto, que los permisos, que los clientes, que te deben, no... Yo ya tengo resuelto: cuando no tenga más trabajo, me voy con el acordeón a diferentes ferias del mundo a pedir plata, voy a tocar mi acordeón.–¿A poner la gorra?–Sí, mientras no este imposibilitado de tocar, me voy con mi acordeón.–¿Sigue dando clases de música?–Sí, pero no cobro porque es una manera de agradecer o de intentar devolver todo lo que me ha dado la música. Yo en mi casa pago alquiler, porque con grupos como Los Shakers o los Opas, que han vendido, no veo un peso de eso porque los contratos que firmé estaban sin revisar. Entonces, ¿qué es lo que dio la música? En primer lugar todo lo que viajé, todas las ciudades y lugares que conozco, que hubiese sido imposible si yo no fuera músico... Lo que pasa es que la música es tan grandiosa, tan gigante, tan inmensa que se puede tocar estudiando y se puede tocar sin estudiar, sin conocer un pomo. –La música acompaña, ayuda a sobrellevar malos momentos ¿qué cosas le preocupan?–La realidad, la realidad. Nosotros vivimos en el segundo continente más rico del planeta. En los últimos 300 años ningún político de ningún país hizo nada bien. 300 años de ladrones, no importa si es de una tendencia, de la izquierda, de la derecha o del centro. ¡Nadie hizo nada! África es el continente más rico del planeta y el más jodido (...) Nosotros vivimos en el segundo continente más rico del planeta. Nos pueden ahogar con cultura, con oro, con petróleo, con uranio, pero los peces se reproducen, los manzanos dan manzanas, los viñedos dan uvas, la vaca da leche, la mano de obra esta lista para actuar, pero estamos jodidos. Acá estamos en el horno. En Sudamérica, 300 años de lo mismo.–¿Puede avizorar un futuro mejor?–No, bahhh, soy muy pesimista. La verdad creo que es tan horrible que es como una caries y no hay dentista. No hay una hoja de un indio de la selva para que se pare todo esto. Se está pudriendo mal todo, está todo el planeta así.–Por eso, ¡viva la música!

–Sí, porque te acompaña, te conmueve de otra manera. No tiene el sonido de una bomba ni de una ametralladora, es una cosa que te acaricia. Digo yo, qué se yo, soy músico...

Para agendar

El Trío Fattoruso-Maza-Fattoruso se presentará el 23 de mayo, a las 22, en el Centro Cultural Cotesma de San Martín de los Andes. Las entradas se venden en esa sala de Roca 1154.  Al día siguiente, el domingo 24, actuarán en el Teatro Español de Neuquén, a la misma hora. Los tickets para este show se venden en Todomúsica.

Hugo FattorusoOsvaldo FattorusoHugo Fattoruso es un hombre infatigable. Gran maestro, compositor, arreglador, pianista, bajista, vocalista, entre sus emprendimientos se destacan Los Shakers, Grupo del Cuareim, Opa, Los Pusilánimes, Trío Fattoruso, y su trabajo como solista.    Nacido en Montevideo en 1943, comenzó a tocar a los 4 años. A los 9, con su hermano Osvaldo y su padre Antonio, ya formaba parte del Trío Fattoruso. A finales de los ‘60 se radicó en EE. UU. donde formó Opa, una fusión del jazz con rock y ritmos latinoamericanos como la bossa nova y el candombe. Trabajó con excelentes artistas, desde Milton Nascimiento hasta Ron Carter y los Dixie Dregs.Niño prodigio como su hermano, Osvaldo Fattoruso comenzó su carrera profesional a los 8 años. Compositor, arreglador, multiinstrumentista y vocalista es un influyente músico uruguayo, precursor del rock latino y de su fusión con ritmos latinoamericanos. Con Hugo formó parte de el Trío Fattoruso, The Hot Blowers (en 1961 junto a Rubén Rada), Los Shakers y Opa. Tocó y grabó con músicos de la talla de Jaco Pastorius, Hermeto Pascoal, Pedro Aznar, Litto Nebbia, Luis Alberto Spinetta, León Gieco, Luis Salinas, Jai-me Roos, Alfredo Zitarrosa, Daniel Viglietti, Daniel Maza y muchos más. Y tocó en los festivales de jazz más importantes del mundo.Daniel Maza

Uno de los mejores bajistas de la actualidad, Daniel Maza llegó a nuestro país en 1979, y rápidamente fue convocado por figuras y grupos reconocidos. Tocó con todos, pero se destacó junto a Luis Salinas con quien realizó giras por el mundo. Trabajó con Celia Cruz y destacados percusionistas cubanos, participó en jam sesions con músicos como Rayt Barreto, Simon Phil, María Volante, Chico Novarro, Nicholas Payton, entre otros. Y realizó presentaciones en forma de trío con Osvaldo y Hugo Fattoruso. Actualmente está terminando

 

 

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