Domingo 17 de Mayo de 2009 Edicion impresa pag. 30 > Policiales y Judiciales
Prisión condicional a policías de Catriel

CATRIEL (ACA).- Fabio Alfredo Calvo y Mauro Darío Roquer, los dos efectivos policiales de Catriel que fueron juzgados por el delito de apremios ilegales, resultaron condenados a la pena de dos años de prisión en suspenso y el doble de inhabilitación para ejercer cualquier tarea de seguridad o policial, incluidas las administrativas. Así lo confirmó a este diario Mario Martinetti, suegro de César Revoredo y padre de Marina Martinetti, las dos víctimas de la golpiza policial que fue materia de investigación en el caso.

Tal cual se anunció luego del juicio y de los alegatos en la casa de justicia de Catriel, el viernes a las 10 de la mañana la sentencia fue leída ante las dos partes y familiares de ambos.

"Nosotros esperábamos la pena máxima para este tipo de delitos, más que nada porque la pena tiende a corregir la conducta de quienes observan este tipo de vicios. Las cicatrices de mi yerno no se las va a borrar nadie, pero queríamos que se hiciera justicia. Nuestro abogado pidió la pena máxima en su alegato pero el tribunal entendió esto y aunque no es lo que esperábamos, lo aceptamos", declaró a este medio Martinetti al salir del juzgado.

Desde la justicia se explicó a las partes que se tomaba la decisión de darle la pena mínima pues ninguno de los dos uniformados implicados en la causa tenía antecedentes, cosa con la que no concuerda la parte denunciante. "Al menos uno de ellos ha estado implicado en situaciones similares, sólo que las actuaciones judiciales no tuvieron continuidad, pues como ya he expresado públicamente, no es fácil acceder a la justicia desde Catriel. Muchas causas se abandonan por falta de dinero y porque moverse a declarar o acudir al juzgado cada vez que lo requieren significa erogación de dinero, y no todos están en condiciones", apuntó Martinetti.

Cabe recordar que César Revoredo y Martinetti denunciaron haber sido golpeados por Calvo, con al colaboración de Roquer, a la salida de casino de Catriel el 25 de diciembre del 2006. La situación devino de una confusión en la que el barman aseguraba que no habían pagado una consumición. Fueron sacados del local por los policías, quienes esa noche hacían adicionales en el lugar aprovechando su franco de servicio.

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