NUEVA DELHI (DPA).- Ni siquiera los más optimistas en el Congreso podían soñar con tal triunfo: el partido de más tradición de la India se erigió en las elecciones parlamentarias con su mayor victoria desde hace casi 20 años. Cuando hace cinco años obtuvo una inesperada victoria, los críticos ya vaticinaban que la coalición liderada por el Partido del Congreso no sobreviviría a la legislatura. Sin embargo, la coalición no sólo ha resistido tiempos tempestuosos, sino que logró convencer por segunda vez al electorado de que el primer ministro Manmohan Singh es el mejor preparado para guiar el destino de la democracia más poblada del mundo. Cientos de seguidores del Partido del Congreso celebraban la victoria con el primer ministro y la jefa del Partido del Congreso, Sonia Gandhi, ante la sede del partido en Nueva Delhi. Y eso que Manmohan Singh fue situado al frente del partido como candidato de repuesto, después de que Sonia Gandhi rechazara el cargo debido a la controversia que generó su origen italiano. El poco carismático experto en finanzas demostró ser íntegro y leal; y también en tiempos de crisis supo mantener la calma. La mayoría de indios se decantó por la estabilidad y continuidad y, con ello, se posicionó en contra del partido nacionalista hindú BJP. Singh logró granjearse los votos de la población rural por medio de programas de ayuda estatales. El gobierno también obtuvo puntos a su favor con su reacción enérgica, aunque prudente, después de los ataques terroristas paquistaníes perpetrados en Bombay. El mayor éxito político en el exterior fue el acuerdo nuclear de Singh con Estados Unidos, que puso fin al aislamiento durante décadas de la potencia atómica india. Los partidos de izquierdas retiraron su apoyo al gobierno, pero Singh logró atraer a nuevos socios. Los comunistas sufrieron un dramático descalabro en las elecciones, y la alianza liderada por el Partido del Congreso, la Alianza Unida para el Progreso (UPA en sus siglas en inglés), ya no depende del apoyo de la izquierda gracias a sus propios éxitos. Cuando Sonia Gandhi y Manmohan Singh aparecieron ante los medios después de la fulminante victoria de hoy, ella le colocó, con una sonrisa triunfal, correctamente ante las cámaras. Mientras en los últimos cinco años Singh dirigía los negocios gubernamentales, Sonia Gandhi movía los hilos entre bastidores y mantuvo unida la coalición. El tándem formado por el competente tecnócrata y la gobernante en la sombra ha dado pruebas de su eficiencia para los electores. Y los comicios han hecho emerger una tercera estrella: el jefe de las juventudes del Partido del Congreso, Rahul Gandhi. El hijo de Sonia Gandhi y del ex primer ministro asesinado, Rajiv Gandhi, ha contribuido con su incansable compromiso enormemente a la victoria. El canal de noticias Times Now consideró que el “factor-Rahul” fue determinante para atraer el voto de los jóvenes indios y definió al atractivo político como “cartel” del partido. Manmohan Singh atribuyó su victoria no sólo al “liderazgo visionario de Sonia Ghandi”, sino también al duro trabajo de su hijo. El portavoz del Partido del Congreso, Janardhan Dwivedi, denominó la victoria electoral como “un mandato para la jefa de la UPA Sonia Gandhi, para el gobierno liderado por Manmohan Singh, y un mandato para el liderazgo de Rahul Gandhi”. |