CANNES (DPA).- "Mi objetivo es volver a hacer comedia", aseguró en Cannes el director de Taiwan Ang Lee, donde presentó a concurso "Taking Woodstock", una película sobre el legendario concierto que tuvo lugar en Nueva York en 1969 y que se convirtió en un fenómeno cultural.
Después de seis tragedias consecutivas, el director comentó que sentía que se merecía una comedia e insiste en apuntar siempre que tiene oportunidad que lo quería hacer sin cinismo.
Lee, que apenas era un adolescente cuando vio por televisión las imágenes de aquella enorme concentración de jóvenes a miles de kilómetros de su casa en Taiwan, consiguió recrear el espíritu que movilizó a la gente en 1969 para ir a una localidad desconocida entonces, cerca de Nueva York. "Con los años Woodstock ha adquirido un significado simbólico: la pérdida de la inocencia de una generación que buscaba encontrar un modo pacífico de convivir con otros", añadió.
El director se acercar a aquellos tres días de paz y amor (y también drogas) a través de uno de los protagonistas involuntarios del evento, Elliot Tiber, quien para salvar el motel de sus padres contactó con los organizadores del concierto ofreciéndoles un espacio donde actuar. Lee se inspiró en las memorias de Tiber, interpretado por Demetri Martin, un actor novel en cine y todo un descubrimiento para la actuación. También resultan memorables la británica Imelda Stauton en el papel de su madre, una inmigrante judía que se resiste al cambio de los nuevos tiempos o el de Liev Schreiber, que da vida a un ex soldado convertido en travesti y que ejerce funciones de guardaespaldas.
La comedia con tintes musicales supone la quinta visita de Lee a Cannes, aunque sólo su segundo intento de alzarse con la Palma de Oro. Su anterior visita se remonta a "The Ice Storm" (1997). Tras dos Osos de Oro, dos Leones de Oro y dos Oscar, ahora podría alzarse con el máximo galardón de Cannes, el único grande que le falta.