CLEMENTE ONELLI (José Mellado, enviado especial).- Casi un centenar de personas que llegaron ayer a Clemente Onelli fueron atendidas gratuitamente por un grupo de oftalmólogos barilochenses, que llegó al paraje con el único objetivo de contribuir desinteresadamente a mejorar la calidad de vida de los pobladores.
El equipo de profesionales pertenece al Club de Leones de la ciudad andina y estuvo integrado por su presidente, el oftalmólogos Santiago González Virgili, sus colegas Graciela Traverso y Azul Di Próspero, ésta última especialista en niños, y por el técnico óptico Jorge Bague. A ellos se les sumaron "los leones" Ada Flores, Evelia y Juan Capurro, Mariana Lahman y las voluntarias Yohana, Yanet, Silvia, Gloria y Matilde.
Desde el 2006 el Club de Leones recorre parajes y localidades de la Región Sur atendiendo gratuitamente a miles de pobladores con problemas de visión que no tienen posibilidades ni recursos para viajar a las grandes ciudades a hacerse atender por especialistas. A pesar de las más de 32.000 personas que habitan en los once pueblos y más de veinte parajes, en la zona no hay oftalmólogos.
Periódicamente algún profesional llega desde El Valle o Bariloche para atender durante unas horas en algún pueblo. Pero no todos tienen acceso. La falta de recursos económicos o de una cobertura social es una barrera para los más humildes. La situación lleva a muchos habitantes a tener dificultades para ver normalmente o directamente a perder la visión porque sus afecciones no son detectadas a tiempo o por no poder comprar anteojos. En niños y adolescentes es más grave porque sus problemas afectan indefectiblemente el aprendizaje.
"Lo increíble es que te encontrás con un niño o un adulto que no tiene un anteojo que por allí vale 50 o 70 pesos. Entonces no ve o lo hace con muchas dificultades.
La gente no tiene los medios para hacerse atender, la plata para comprar los anteojos o las gotitas para la presión ocular, por ejemplo. Mucho menos los recursos para hacerse una cirugía. Pero con una cosa tan simple como un par de anteojos, a una persona le podes cambiar la vida. Por eso tratamos de contribuir en lo que podemos para intentar mejorarle su calidad de vida" señaló González Vigili.
La llegada de los oftalmólogos a la escuela de Clemente Onelli, generó una gran expectativa no solo en la pequeña aldea, sino también en los pueblos vecinos. A pesar de la intensa lluvia, pobladores de Comallo, Jacobacci, Anecón Grande y Chico fueron llegando desde muy temprano a la escuela primaria 104.
Los mayores problemas detectados fueron cataratas, miopías, glaucomas y astigmatismos. Muchos de ellos fueron solucionados mediante la entrega gratuita de anteojos o gotas ópticas.
Los casos complejos o de resolución quirúrgica fueron derivados al hospital de Bariloche con turnos a partir de septiembre.
Los pacientes se fueron contentos y agradecidos pidiendo a los profesionales que vuelvan al paraje con mayor frecuencia.