| ||
Demolieron el castillito | ||
NEUQUÉN (AN).- El castillo de techo azul que iluminaba la esquina de la multipantalla sucumbió sin guardianes por los golpes de una máquina enorme y los mazazos de operarios de casco amarillo. El edificio de Flipper -muchas veces noticia por otros golpes- comenzó ayer a cerrar una historia de 16 años para dar lugar a una torre de muchos departamentos. La juguetería que era un chiche se fue a otro lugar, pero no es lo mismo. Nunca lo es. Es que antes de Flipper, los dueños de la esquina eran dos fotógrafos profesionales que hicieron historia con La Ochava. Raúl Rodríguez -retirado ya- y Jacobo "Yaco" Aizemberg -fallecido hace algunos años- eran los encargados de fotografiar, revelar y copiar en blanco y negro. También tomaban las fotos de nenes con un teléfono haciendo que hablaban y las odiosas de los carnets. Ellos, además, fueron reporteros de este diario, cuando los rollos viajaban en colectivo de línea. La foto color y los minilab cambiaron todo y La Ochava cerró para siempre. La partida dio lugar al castillito de techo azul de los juguetes que -con los últimos mazazos- comenzó a parir la historia más fantástica, esa que se repite y mejora a partir de la memoria. | ||
Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí | ||