| SHAGUNA NAKA, Pakistán, (AFP) - El ejército paquistaní suspendió parcialmente ayer el toque de queda en la capital del distrito de Swat, donde lleva a cabo una ofensiva contra las milicias talibanes, para permitir la salida de decenas de miles de civiles, que, desesperados, han estado intentado huir de los combates desde que el mes pasado el ejército lanzó una vasta ofensiva contra los islamistas. El gobierno suspendió el toque de queda entre las 6 y las 14 para que la gente pudiese salir de la ciudad de Mingora y de las zonas circundantes de Kanju y Kabal, anunció el ejército. "La gente deja sus hogares y se está yendo en grandes números", afirmó Arshad Jan, jefe de la administración local. Desde primera hora, cientos de autobuses, camiones, automóviles y motocicletas cruzaron un puesto de control instalado por ejército en Shaguna Naka, al límite de la zona de combates. Sentados en los techos de los autobuses y en la parte trasera de los camiones, llevando consigo colchones y otras pertenencias, los civiles se dirigían a Mardan, a 30 km de distancia, donde las autoridades instalaron un campo para los desplazados. "La situación es muy, muy mala. No tenemos esperanza de vida", afirmó un joven que se identificó como Ibrahim. Poblada normalmente por 300.000 personas, Mingora se han convertido en una ciudad fantasma, privada de electricidad, de agua, de víveres, y con los hospitales cerrados. Según sus habitantes, los talibanes paquistaníes controlan las calles y comenzaron a cavar trincheras y a minar los principales accesos para dificultar el avance del ejército, pero también, según los militares, para impedir que los civiles huyan y convertirlos en escudos humanos. | |