NEUQUÉN (AN).- Transcurridas las dos primeras jornadas del juicio oral por el asesinato del suboficial Gabriel Jara, quedó claro que al menos los acusados Horacio Barrientos y Daniel Martínez participaron del tiroteo durante el cual cayó la víctima (hay dudas respecto del tercer imputado, Denis Figueroa). El dato que sigue sin aparecer es quién disparó el balazo que impactó en la cabeza del sargento ayudante de 42 años. Es muy probable que los peritajes técnicos, desconocidos hasta ahora para el público, sean los que terminen definiendo la cuestión central de este caso.
En la audiencia de ayer declararon otros cuatro policías, tres de los cuales participaron de la persecución y detención de los sospechosos después del enfrentamiento a balazos.
El oficial inspector Emilio Díaz hizo el aporte más sustancioso porque presenció parte del enfrentamiento.
Declaró que la mañana del 7 de agosto de 2007 estaba en su Fiat 147 con su hijo a metros de donde tres personas disparaban contra un Volkswagen Polo rojo, en la esquina de Intendente Carro y Misiones.
Díaz señaló que cubrió a su hijo y se lanzó a seguir a distancia a los tres atacantes. Los vio abordar a un hombre en moto al cual le robaron el vehículo.
"Conducía Barrientos, en el medio iba Martínez y atrás Figueroa", dijo con seguridad el oficial de policía. Añadió que "el que iba atrás daba las indicaciones. Se desplazaban a velocidad normal, para no llamar la atención y por calles con mucho tránsito".
El que identificó como Figueroa se bajó y lo perdió de vista en la calle Leguizamón, los otros dos siguieron hasta una vivienda de la calle Candelaria (de la suegra de Figueroa) allí se metieron y fueron detenidos.
Los otros testigos de ayer fueron más policías que participaron de la persecución y la suegra de Figueroa, quien ratificó la coartada de su yerno: aseguró que el día del hecho estaba en Comodoro Rivadavia con su hija.
El juicio seguirá el lunes con más testigos.
La cuestión central aún sin dilucidar es de cuál arma salió la bala que mató a Jara.
Los investigadores sólo pudieron recuperar un fragmento del proyectil, inútil para cualquier pericia. Tampoco hay estudios coincidentes sobre la distancia a la cual estaba el tirador (se habla desde 80 centímetros a 7 metros).
Para la fiscalía, alguno de los tres imputados fue el autor del disparo. Pero la defensa viene realizando un insistente trabajo para instalar la hipótesis de que a Jara lo mató en forma accidental su compañero, el oficial inspector Jorge Bustos.
Bustos, quien declaró el jueves, admitió que Jara quedó en la línea de fuego entre su posición y la de los delincuentes, pero aseguró que por ese motivo corrió la mira hacia la derecha antes de disparar.
De la conjugación de los testimonios (con sus diferentes apreciaciones), más las pericias balísticas, las planimétricas y la autopsia, debería salir la conclusión final sobre lo que sucedió.