Miércoles 13 de Mayo de 2009 Edicion impresa pag. 42 > Cultura y Espectaculos
La caricatura de una campaña con mucho rating
Con 31.9 puntos comenzó ayer "Gran cuñado", el sketch que parece desvelar a la clase política argentina.

En la televisión, casi nada es inocente. En "ShowMatch", mucho menos. Marcelo Tinelli, que le viene tomando el pulso a la pantalla chica desde hace largos veinte años, conoce el medio como la palma de su mano. Y en ese mapa, no se pierde. Por eso, cuando decidió reflotar "Gran cuñado" en un año electoral, sabía perfectamente lo que hacía. Y aunque el rating bajó diez puntos con respecto a su inicio, la movida hará que todo el mundo hable de su programa (sumado, claro, a la enorme promoción que ayer hizo Canal 13 desde sus noticieros y tandas). Al menos hasta que termine de presentar a los 19 políticos elegidos para ingresar a la casa de "Gran hermano".

Es seguro que los políticos llamaron a la producción del ciclo para saber si iban a estar, cómo los iban a caracterizar, y cómo los iban a hacer quedar. Es seguro también que muchos llamaron para pedir estar. O peor: un guionista del ciclo denunció incluso que fue amenazado ("Hermano, no tenés nada a tu nombre pero sabemos que te mudaste a? Ojo porque te vamos a dejar en fetitas", le dejaron dicho en su celular). Y es más seguro todavía que a ellos les importará -y mucho- saber si la gente vota por eliminarlos. Ellos, los políticos, seguramente, miraron el programa de anteanoche para ver sus tics caricaturizados y aquel talón de Aquiles que en la pantalla seguramente aparece magnificado (aunque el ex presidente aseguró ayer que no lo miró).

El tiempo del lunes no fue muy generoso. Apenas alcanzó para que entraran seis de los 19 concursantes. El primero fue Néstor que, en obvia campaña electoral, saludó a todo el mundo en el estudio. Bromeó con la exclusiva que le dio a Telefé, y preguntó "¿Qué te pasa Clarín? ¿Estás nervioso", uno de sus latiguillos.

Después fue el turno de Mauricio Macri, a quien Tinelli presentó como "la figura más importante de la oposición". Aunque Martín Bossi no logró un gran parecido con el Jefe de gobierno de Buenos Aires, sí captó bien sus modos y su tono.

Luego llegó "Cleto", Julio Cobos, que apareció como un personaje más bien zonzo, muy dubitativo y poco elocuente, según la composición de José María Listorti. De hecho, el personaje entró a la casa, no encontró a los otros dos participantes (Néstor y Mauricio) y se puso de cara contra la pared sin que nadie supiera por qué estaba en penitencia, si eso es lo que ocurría.

De todos, quizás el más logrado haya sido Alfredo De Angeli, que hizo gala de todos los refranes que usa, se mostró sin un diente, como en sus comienzos, y le agradeció a Cobos su famoso voto no positivo.

De Narváez, el quinto en ingresar, y como para mostrar un amplio espectro político en el día, tampoco apareció entre los más parecidos al original. Pero al menos resultó gracioso, repitiendo prácticamente todo su spot publicitario y mostrando sus tatuajes (incluida la tabla del 9 en su pierna, con varios errores). La última fue Lilita Carrió, que aunque perdió el crucifijo en esta versión (ya estuvo en otras), entró rezando y habló de Dios.

Está claro que con apenas 6 de los 19 participantes, queda mucho por ver. Recién anoche ingresaron los restantes: Cristina Fernández, Aníbal Fernández, Luis D´Elía, Carlos Reutemann, Luis Juez, Daniel Scioli, Alicia Kirchner, Guillermo Moreno, Hugo Moyano, Fernando de la Rúa, Nacha Guevara, Felipe Solá y Sergio Massa. Y anoche también se conocieron a los cuatro primeros sentenciados.

Más allá de los aciertos y desaciertos, de los parecidos o no, es preferible esta versión de "ShowMatch", con la clase política como eje del humor, que el "ShowMatch" que se burla con cámaras sorpresa de una pobre modelo boliviana desconocida o utiliza a los más pequeños para hacer crecer el rating mientras los ridiculiza frente a un jurado que busca conflictos de conventillo.

 

VERÓNICA BONACCHI
vbonacchi@rionegro.com.ar

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