Martes 12 de Mayo de 2009 Edicion impresa pag. 38 > Deportes
Una lección para saber escapar de momentos adversos
En Rafaela, ´Cipo´ se desesperó y lo pagó. Deberá aprender de ello

RAFAELA (Joaquín Peralta- Enviado especial).- La imagen que dejó Cipolletti en Rafaela fue muy distinta a la que mostró cuando apabulló a sus rivales en la fase anterior.

No tuvo la inteligencia para mantener el orden necesario que debe tener un equipo para dar vuelta un partido y cayó ante un 9 de Julio que con actitud lo hizo exponer sus "miserias".

La escena de los empujones entre Raúl Ruiz y Hugo Prieto a pocos minutos del final, cuando el arquero quiso ir a patear un tiro libre en tres cuartos de cancha, fue el reflejo de que el albinegro estaba descontrolado, sin rumbo.

El otro momento en que quedó evidenciado ese "estado" fue en la roja de Manuel Berra por una fuerte falta de atrás.

A esa altura el albinegro ya había sido abandonado por la suerte, pero tampoco el equipo la acompañó, porque los dos goles que erró abajo del arco en casi las únicas llegadas que generó en los 90 minutos, fueron los que sí convirtió en otros partidos fuera de la Visera de Cemento, a partir de los que pudo sentirse seguro para manejar el resultado.

Es decir, por propia impericia dejó pasar el tren y ya no pudo volver a subirse.

Claro que si el árbitro cobraba el claro penal de Lucas Aramayo cuando frenó un tiro libre de Jorge Cid con el brazo la historia podría haber cambiado. Pero es ya tarde para lamentos.

"No estamos acostumbrados a ir perdiendo", se justificó Domingo Perilli, y la frase es verdad.

En la fase regular, Cipolletti hizo los mejores negocios golpeando primero y después defendiendo la ventaja. Cuando le tocó ir abajo en el marcador, le costó demasiado y terminó los partidos siendo un equipo muy vulnerable como en los encuentros ante Alvarado en Mar del Plata.

El domingo en Rafaela merodeó el gol, pero falló y después lo pagó claro.

En esta instancia no hay tiempo para recuperarse de los errores. Tendrá que aprender a serenarse para no entrar en ese estado de desesperación que le puede hacer perder el rumbo.

En la fase regular fue el mejor, pero esa instancia ya quedó atrás y todos partieron desde cero.

El domingo cuando reciba al Patronato entrerriano de Darío Tempesta tendrá la chance de volver al camino para que el sueño de volver a la B Nacional deje de ser eso, sólo un sueño.

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