Martes 12 de Mayo de 2009 Edicion impresa pag. 45 > Cultura y Espectaculos
Armonicus desembarca en ocho estaciones
El ciclo 2009 comenzará con obras de Piazzolla y Vivaldi. Se presentará Rafael Gintoli & Estación Buenos Aires.

NEUQUÉN (AN).- Como ya es un clásico en los mayos neuquinos y con el mismo espíritu de los clásicos, comienza este fin de semana el ciclo de música internacional y nacional de Armonicus.

El primer concierto se realizará el próximo sábado a las 21 en el Cine Teatro Español. En esta oportunidad será patrocinado por Fundación YPF y estará a cargo de Rafael Gintoli & Estación Buenos Aires, agrupación que interpretará "Las cuatro estaciones" de Antonio Vivaldi y "Las cuatro estaciones porteñas" de Astor Piazzolla.

Las entradas anticipadas están en venta en el local de Todomúsica de avenida Argentina 261. Este año, en colaboración con la Función YPF, se entregarán abonos para que estudiantes de la región puedan disfrutar de la música clásica.

Rafael Gintoli en el primer violín, estará acompañado por Gabriela Olcese en segundo violín, Pablo Sangiorgio en tercer violín, Marcela Magin en viola, Jorge Bergero en violonchelo, Oscar Carnero en contrabajo y Paula Pelusso en clavecín.

El concierto que lleva por nombre "Las ocho estaciones" es un elogio a la melodía. En opinión de la crítica especializada, "las cuatro estaciones tangueras parecen tener una relación íntima con el contrapuntismo cromático alemán, en tanto que las estaciones venecianas seducen con el refinamiento de su canto".

"Las cuatro estaciones porteñas" fueron compuestas a lo largo de la década del 60. "Las cuatro estaciones porteñas sugieren la atmósfera de un etapa particular de la ciudad de Buenos Aires. En efecto, si la complicada década fue escenario de golpes de estado, también fue un momento de expansión y florecimiento cultural. Por otro lado, Piazzolla no abandona la tradición tanguera de pintar la vida del hombre de la calle. Así es como estas cuatro estaciones porteñas se nos presentan como la evocación de las calles de Buenos Aires sazonadas de frío, calor, llovizna y jacarandás, según sea el momento de la obra", detalla la profesora y máster en historia de la música, Marta Flores.

Antonio Vivaldi compuso sus célebres cuatro estaciones en 1725, un momento en el que el estilo barroco comenzaba lentamente su transición al primer clasicismo, de la mano de la melódica barroca italiana, de la que el compositor fue uno de los principales exponentes. Los cuatro conciertos que integran la obra se estructuran en tres partes (rápido, lento, rápido) e incluyen ritornellos o estribillos, de acuerdo a la tradición de la forma.

Flores se pregunta si las cuatro estaciones son un caso de música descriptiva. "Podríamos pensarlo, si fuera posible describir unívocamente a través de los sonidos. No debemos olvidar que el compositor agrega a la partitura de esta obra cuatro sonetos que evocan a cada uno de los momentos del año", asegura.

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