WASHINGTON (AP).- El Pentágono anunció ayer el remplazo del comandante de sus tropas en Afganistán, en momentos en que el presidente Barack Obama trata de cambiar la dirección de la estancada guerra.

El secretario de Defensa Robert Gates dijo que pidió la renuncia del general David McKiernan.

Añadió que es necesario un nuevo liderazgo para la estrategia de Obama en el conflicto de siete años.

El cambio busca "alentar nuevas ideas, nuevas miradas al problema´´, dijo Gates en una conferencia de prensa en el Pentágono.

El paso se produjo al tiempo que más de 21.000 soldados norteamericanos adicionales comenzaron a llegar a Afganistán, enviados por Obama para confrontar al Talibán más enérgicamente.

En reemplazo de McKiernan estará el teniente general Stanley McChrystal, que actualmente tiene un alto cargo administrativo en el estado mayor conjunto de las fuerzas armadas estadounidenses. McChrystal es un ex comandante del Comando de Conjunto Especial de Operaciones.

McKiernan tuvo el comando en Afganistán durante 11 meses. Gates recomendó a Obama que McChrystal fuese nombrado como comandante en Irak y que el teniente general David M. Rodríguez sea su segundo.

El secretario de Defensa llamó al Senado a confirmar a ambos rápidamente. Obama aprobó el envío de 17.000 soldados adicionales a Afganistán este año, además de 4.000 entrenadores y otros elementos que no son de combate. Para el final de año, Estados Unidos tendrá más de 68.000 soldados en ese país: aproximadamente el doble que durante la presidencia de George W. Bush, pero mucho menos que los 130.000 aún en Irak. McKiernan y otros comandantes estadounidenses han dicho que recursos que necesitan en Afganistán están dedicados a Irak.

Gates, dijo que es preciso "repensar" la guerra en Afganistán. "Nuestra misión allí exige una nueva reflexión y nuevos enfoques de parte de nuestras autoridades militares", declaró Gates acerca del remplazo.

McChrystal es un ex comandante de fuerzas de operaciones especiales familiarizado con el combate de contrainsurgencia, estrategia adoptada por la Administración Obama para combatir la creciente amenaza de los talibanes y otros grupos de militantes en Asia Central.

Este cambio se produce mientras los altos mandos del Ejército estadouniense aplican la nueva estrategia del presidente Obama para Afganistán y Pakistán.

El mismo consiste en un aumento de la presencia militar para poner fin al deterioro de la seguridad, un incremento de la ayuda civil y ayuda al desarrollo y una posible reconciliación entre el Gobierno afgano y algunos miembros de los talibán.