El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, reconoció hoy en el Parlamento que su Ejecutivo se equivocó a la hora de medir el alcance de la grave crisis que ahora golpea a su país, al tiempo que anunció una batería de medidas para hacer frente a la recesión y al creciente desempleo.
"Es evidente que el gobierno se ha equivocado en sus previsiones, pero ese error no le ha impedido reaccionar", afirmó Zapatero en el debate sobre el estado de la Nación, la cita anual más importante del Congreso de los Diputados en Madrid y que en esta ocasión se celebra apenas tres semanas antes de las cruciales elecciones europeas del 7 de junio.
Ante una Cámara en la que el gobierno socialista ha perdido a practicamente todos sus aliados, Zapatero anunció un nuevo "impulso" para luchar contra la crisis y enumeró toda una serie de medidas, como la de rebajar en cinco puntos el impuesto sobre sociedades a aquellas pequeñas y medianas empresas que mantengan o aumenten su plantilla en los próximos tres años.
Esta medida, extensible a los trabajadores autónomos, la venían exigiendo desde hace tiempo el opositor Partido Popular (PP) y otros grupos, pero el Ejecutivo socialista hasta ahora la había rechazado. El jefe de gobierno además prometió a los ciudadanos una ayuda directa de hasta 2.000 euros (unos 2.700 dólares) para la compra de automóviles nuevos, si bien ese aporte se divide en 500 euros del Estado, otros 500 de las comunidades autónomas y 1.000 de los fabricantes.
Una ayuda similar estará disponible para las empresas de transporte que renueven su flota de autobuses. Zapatero además anunció que recortará el gasto público en otros 1.000 millones de euros (1.360 millones de dólares). "Hay que dar ejemplo y repartir esfuerzos y sacrificios", subrayó.
El presidente del gobierno también avanzó su objetivo de que todos los alumnos tengan a su disposición una computadora portátil y anunció la creación de un fondo de financiación para la economía sostenible dotado con 20.000 millones de euros (27.000 millones de dólares) así como otro, dedicado a la inversión local, de 5.000 millones de euros (casi 7.000 millones de dólares).
De cara a la recuperación de la economía, Zapatero pidió paciencia a la población para ver los resultados de las medidas ya adoptadas contra la crisis, que ha hecho aumentar el desempleo en España a más de cuatro millones de personas, el peor dato en la historia reciente del país y el peor también en la Unión Europea.
"Soy el primero en compartir la impaciencia", reconoció el jefe de gobierno, al tiempo que insistió en que apenas han pasado tres meses desde la aplicación de las primeras medidas y que éstas ya están surtiendo efecto.
Zapatero también se refirió a los éxitos policiales en la lucha contra el grupo armado vasco ETA y recordó que la cúpula de la organización ha sido descabezada en cuatro ocasiones en poco más de un año. "Estamos más cerca del final de la violencina terrorista", afirmó. El discurso del jefe de gobierno recibió duras críticas de casi todos los grupos representados en el Parlamento, empezando por el conservador PP, cuya portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, acusó a Zapatero de "autocomplacencia" y de no haber presentado medidas específicas para ayudar a los más de cuatro millones de desempleados en el país.
DPA