CIPOLLETTI (AC).- Cuando tenía 11 años perdió casi por completo la vista. Vivía entonces en la línea Sur, en El Cuy. Pero su discapacidad no fue una traba para superarse, para estudiar. Se vino al Valle hace unos cinco años y empezó a tomar clases en una nocturna porque quería terminar la escuela primaria. Primero estuvo en Roca y luego se trasladó a la Nº 3 de Cipolletti porque le quedaba más cerca la escuela de ciegos de Neuquén, en la que también se anotó para aprender Braille.
Desde entonces Marcelo Morales (27) vive solo en Cipolletti. Y anda solo por la ciudad, únicamente ayudado por su bastón blanco. "No puedo seguir estudiando porque no tengo más al maestro integrador", se lamentó cuando se presentó en la agencia de "Río Negro" en Cipolletti.
Contó que en la nocturna tenía el apoyo de un docente que traducía lo que él escribía en Braille y este año no lo tiene más "porque no lo nombraron".
"No me gusta que me regalen nada. Los maestros no me pueden corregir así. Por eso decidí no ir más hasta que tenga a la integradora", afirmó durante la entrevista. En ese momento había resuelto abandonar los estudios. Desde el miércoles pasado no asistía al colegio que funciona en horario nocturno en el edificio de la primaria 53, donde actualmente cursa el séptimo grado. Pero anoche cambió de opinión. Dijo que como en la escuela de ciegos de Neuquén le ofrecieron ayudarlo para traducir matemática resolvió hacer un último intento. "Con las otras materias no sé qué va a pasar", aclaró.
"Yo quiero estudiar. Quiero terminar la primaria para después seguir la secundaria. Es muy horrible. Hice tanto esfuerzo hasta ahora y que tenga que dejar...", dijo con pesar.
Sostuvo que en 2006 y 2007 no tuvo problemas, sí el año pasado que cambió de integradora a mediados de año, "pero al menos los inconvenientes se solucionaron".
Este año se presentó a estudiar el 23 de marzo y hasta ahora no cuenta con el docente de apoyo. "Había dejado porque no sirve de nada lo que estoy escribiendo si el profesor no me puede corregir. Eso hace que no pueda terminar bien los trabajos. Este año tendría que terminar séptimo y quiero tener una buena base para seguir estudiando", expresó Marcelo.
Dijo que se vino de El Cuy "exclusivamente" para estudiar. Y que vive solo. Algo lo ayudan sus familiares y otro poco se mantiene con la beca que le dio el municipio. "Hasta ahora venía bien con los estudios. Voluntad no me falta. Vine a esto, a estudiar", insistió.
Además del nocturno sigue aprendiendo Braille en Neuquén y hace un curso de computación. Ya pasó también por la Escuela Laboral y es reconocido entre los atletas discapacitados ciegos y disminuidos visuales.