Ahí están juntos otra vez, Juan Román Riquelme y la pelota. La sociedad tan esperada tuvo ayer un día más de comunión camino a la gran función del jueves en Montevideo, ya que el ídolo de Boca le va ganando la batalla a la lesión plantar que lo tiene fuera de las canchas desde el 9 de abril.
La sola presencia de JR en la práctica de fútbol en Casa Amarilla, fue el faro referente en medio del oscuro clima en el que está inmerso el Xeneize a causa de su huracanado andar en el Clausura.
En el frente local se escuchan susurros de disconformidad hacia Carlos Ischia que aún no pasan a gritos porque Boca sigue en carrera en la Libertadores. Está claro entonces que la presencia de Román el jueves ante Defensor Sporting por el cotejo de ida de los octavos de final, es por varios aspectos indispensable.
Ayer el enganche jugó con normalidad durante 40´ ante un combinado de juveniles y suplentes, y ya se descuenta su presencia en el trascendental encuentro en el estadio Centenario.
"Es normal que sienta algunos dolores, pero lo positivo es que pudo completar toda la práctica. Vamos a esperar a mañana (hoy) para evaluar cómo se siente", expresó el médico Pablo Ortega Gallo, luego de la práctica.
Riquelme recuperaría así su lugar en el primer equipo, del que saldrá Damián Díaz, en tanto que Ischia dispondría otras dos variantes: JC Cáceres por Facundo Roncaglia y Nicolás Gaitán por Cristian ´Pochi´ Chávez.
La única duda pasa por el lateral izquierdo, ya que Claudio Morel Rodríguez sufrió una molestia en el recto anterior de la pierna izquierda durante el encuentro ante San Lorenzo.
El paraguayo será sometido a una ecografía y no se descarta que pueda sufrir un desgarro. En caso de no llegar, su lugar sería ocupado por Juan Krupoviesa o por el propio Roncaglia.
