BUENOS AIRES.- Nutridas columnas de la denominada CGT Azul y Blanca que conduce el sindicalista Luis Barrionuevo, protestaron ayer frente al Ministerio de Trabajo, una semana después de que militantes del sindicato gastronómico fueran duramente reprimidos por la policía.
Barrionuevo reclamó por "paritarias libres" al tiempo que rechazó los acuerdos con sumas fijas que están cerrando la mayoría de los sindicatos enrolados en la CGT oficial de Hugo Moyano.
Los gastronómicos pretenden que las patronales les concedan un incremento de salarios del orden del 28 por ciento y rechazan los arreglos parciales sellados por los gremios oficialistas.
La semana pasada fueron duramente reprimidos por efectivos de la Policía Federal, en las calles de Barrio Norte, frente a la sede de la cámara que nuclea a las empresas del sector.
Esta vez, Barrionuevo sacó a las calles a activistas y militantes de los 56 sindicatos que lo respaldan en su central disidente, al tiempo que salió a apoyar al ProPeronismo que en la provincia de Buenos Aires lleva como candidato a Francisco De Narváez.
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, asegura que los incidentes del lunes entre gastronómicos y policías "trasciende la negociación" del sector por mejores salarios.
No obstante dijo días atrás que "se seguirá trabajando" al respecto, "más allá del encuadramiento político" del gremio, que responde al dirigente Luis Barrionuevo.
De ese modo, el titular de la cartera laboral dejó entrever su opinión respecto de que el reclamo de incrementos salariales y los hechos de violencia en la protesta de gastronómicos tienen relación con el carácter opositor de la CGT Azul y Blanca que responde a uno de los sectores del peronismo. (DyN)