Una extraña combinación de suerte, disciplina y dedos pulgares adiestrados convirtió a la familia española Vicho en la envidia de quienes participan en los concursos a través de mensajes de texto. En el último año ganaron al menos 850.000 euros y en lo que va de 2009 acumulan como mínimo medio millón más.
Cinco autos Porsche, un BMW y hasta 500.000 euros en efectivo es el saldo que Dolores Calderón y su marido, Manuel Vicho, quienes se revelaron como auténticos profesionales del juego, lograron en los últimos 17 meses. Tanta suerte no ha pasado inadvertida para muchos de los fanáticos de esta forma de apuesta: algunos participantes sospechan que todo se trata de un engaño y comenzaron a dejar constancia de sus quejas en la web (www.quejas y denuncias.com). Y hasta hay concursantes que insinúan que los Vicho en realidad no existen, que son una artimaña de organizadores.
En un informe que publicó el diario "El Mundo", Manuel Vicho defiende su forma de ganar dinero: "Se puede decir que yo ahora me dedico a esto, que es mi profesión. Al principio era sólo durante el tiempo de la cena, pero ahora tengo el celular las 24 horas".
La familia Vicho se compone de Manuel, su esposa Dolores y sus hijos Francisco y José Manuel. El 25 de enero último, Francisco resultó el ganador de una promoción de la empresa de telefonía Vodafone. El concurso consistía en enviar un SMS con la palabra "Forrado" y el vencedor del sorteo se llevó 50.000 euros. Un día después la triunfadora fue Dolores, vecina de la localidad de Cáceres y mamá del afortunado concursante anterior.
¿Más coincidencias? Una semana después, en el mismo concurso y la misma cantidad en juego, la suerte golpeó la puerta de José Manuel Vicho Calderón, quien repitió la fórmula 12 días más tarde. En total, los Vicho Calderón se embolsaron 200.000 euros en menos de un mes.
En el último año, los Vicho se llevaron al menos 850.000 euros gracias a concursos basados en el envío de SMS. Y llevan al menos 10 concursos este año. Siempre se trata de juegos con las mismas características, basados en el envío de SMS y resueltos por sorteo ante escribano público.
Manuel Vicho asegura que no hay trampa, máquina ni artilugio que dispare cientos de mensajes a la vez. Tan sólo una estrategia muy bien planificada a la que se unió toda la familia. Eso sí: necesitan una colección de celulares -sólo el matrimonio asegura que tiene ocho- y unos pulgares adiestrados para teclear. Además de inversión de dinero: un SMS puede costar en España hasta 1,39 euros. Y el propio Manuel admite que ha debido pagar facturas de teléfono de 25.000 euros.
