Domingo 10 de Mayo de 2009 Edicion impresa pag. 40 > Cultura y Espectaculos
En el ring de la era digital

BUENOS AIRES (DPA).- Es paradójico. Nunca se consumió tanta música grabada. Y sin embargo, la industria musical lleva años sumida en una crisis, que el caos financiero actual no hace más que agudizar.
Hace tiempo que los ejecutivos de la industria se estrujan la cabeza en busca de soluciones. Pero por ahora, además de presentar CD con añadidos como temas inéditos o videos, se centraron sobre todo en la cruzada antipiratería.
Desde que las nuevas tecnologías permiten a millones de personas hacer y distribuir copias masivamente, en 1999 apareció Napster, -la primera bolsa de intercambio P2P-, las discográficas están desesperadas.
Los sitios de intercambio de archivos musicales en Internet se convirtieron en su enemigo número uno y actualmente llegan incluso a organizar redadas virtuales para identificar y demandar a quienes comparten música por la red.
Pero hay una realidad que los sellos discográficos empiezan a aceptar: el CD tiene los días contados. Así lo certificaron los expertos en la pasada edición del MIDEM de Cannes, una de las ferias más importantes del sector.
La venta de discos no hace más que caer año a año y no puede ser ya la base de las ganancias.
En busca de un nuevo modelo de negocios, las discográficas centran sus esperanzas en la venta de música por internet en sitios como iTunes y en la descarga de canciones a los teléfonos móviles.
Los artistas, en tanto, responden a la crisis con creatividad. Madonna, siempre pionera, rompió en 2007 su contrato con la discográfica Warner Bros Records y se pasó a Live Nation, una empresa centrada sobre todo en la promoción de conciertos.
Y es que la música en vivo es la que se está beneficiando de la recesión. Los artistas volvieron a las carreteras y el público acude encantado y en masa a los conciertos. Después de todo, las nuevas tecnologías no pueden reproducir -aún- la sensación de tener delante a nuestro artista favorito.
Prince, otro peso pesado, regaló en 2007 su disco "Planet Earth" con un semanario británico, con lo que desató la ira de disquerías y la discográfica que iban a distribuirlo.
Un año después, Radiohead probó otra estrategia. Su álbum "In Rainbows" se pudo descargar por internet a cambio de una contribución voluntaria antes de ser editado en un soporte físico. La jugada resultó, porque la banda británica ingresó más dinero que por cualquiera de sus anteriores trabajos.
El debate está abierto. Muchos músicos se declaran en contra de la piratería y dicen que es la culpable de que no aparezcan nuevos artistas en el mercado.
Sin embargo, tampoco parece que las discográficas tengan previsto arriesgarse en proyectos nuevos y siguen repitiendo fórmulas y apostando por lo masivo.
Muchos artistas defienden la piratería. Es el caso de los puertorriqueños Calle 13. "La piratería nos permite hacernos conocidos en lugares remotos, a los que luego viajamos para ofrecer conciertos repletos de fans que se saben nuestros temas de memoria".
Es una línea por la que optan muchos. Prefieren que su música se difunda y se conozca. Es más. La autoproducción, autoedición y autodistribución se está convirtiendo en una costumbre entre las bandas y los solistas nuevos, que tienen en MySpace su plataforma de promoción favorita.
Después de todo, el porcentaje que cobran de la venta de los discos es ínfimo. Y en realidad lo que les da de comer son los conciertos en vivo.
En medio de la discusión, el gobierno holandés encargó un estudio para interiorizarse de los efectos económicos y culturales que tiene el intercambio de archivo en internet. Y la conclusión fue que la descarga de canciones y películas genera más beneficios económicos y culturales que pérdidas.
El informe reconoce que las ventas de CD caen. Pero dice que los que descargan siguen comprando tanto o más que antes. Por lo que sostiene que no es posible establecer una relación entre el intercambio de archivos y la caída de las ventas de los soportes físicos.
Los últimos en probar modelos alternativos son los integrantes de la banda británica Coldplay. Los chicos liderados por Chris Martin regalarán a los que acudan a sus próximos conciertos una copia gratuita de su recopilatorio 'LeftRightLeftRightLeft', como "agradecimiento" por el apoyo que están dando al grupo "aún en tiempos de crisis".
Este disco -que comenzará a entregarse el 15 de mayo en el primer concierto del grupo en Estados Unidos- es una "muestra de gratitud" a todos los seguidores que los han apoyado a pesar de las dificultades económicas actuales.
El recopilatorio se publicará de forma gratuita en Internet el mismo 15 de mayo. Contiene nueve temas grabados durante los conciertos del "Viva la vida Tour".
El disco "Viva la vida", por cierto, se convirtió en 2008 en el álbum más encargado de la historia en la tienda de música iTunes antes de salir a la venta.
Todo indica que los tiros de la industria irán por ahí. De hecho, la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI) certificó hace poco que la música digital sigue siendo el fenómeno cultural más consumido del mundo. El 2008 fue el sexto año consecutivo en el que el sector creció un 25 por ciento.
Los MP3 y demás formatos digitales, los ringtones, los tonos de espera, parecen ser el futuro para la industria.
Los artistas, por su parte, deberán seguir sudando sobre los escenarios. Es cierto que se redujo la cifra de patrocinadores y que algunos festivales de verano en Europa tuvieron que optar por el cierre. Pero el ejemplo de Buenos Aires es contundente. En los últimos tiempos y en lo que queda del año, hubo y habrá festivales y conciertos con artistas de la talla de Madonna, Coldplay, AC/DC, U2, Depeche Mode, Oasis.
En su momento, la aparición de la doble casetera horrorizó a la industria. "Home Taping is Killing Music" se decía entonces. Pero la música sobrevivió. Y no hay razón para creer que no lo hará ahora.
Otra cosa es que las discográficas, como las empresas de todos los sectores, deban replantearse su modelo de negocios.
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