Querían dejar una huella de la horrible historia que les tocaba vivir. Quizás por eso, en setiembre de 1944, siete prisioneros del campo nazi de exterminio de Auschwitz escribieron con lápiz sus nombres, sus fechas de nacimiento y los números de identificación que les habían asignado en un papel y lo encerraron en una botella. Ese mensaje fue descubierto recién la semana pasada, cuando unos obreros trabajaban en la pared de un colegio vecino a aquel campo de horror.
"Queríamos que quedara algo de nosotros", explicó al diario alemán "Bild", Waclaw Sobczak, uno de los cinco prisioneros de esa lista que sobrevivieron al Holocausto. Sobczak es polaco. En 1944, cuando sólo tenía 20 años, escribió junto a otros seis compañeros de Auschwitz aquel mensaje, un testimonio de vida.
De esos siete jóvenes, cinco lograron sobrevivir: Sobczak, Bronislaw Jankowiak, Karol Czekalski, Albert Veissid y Stanislaw Dubla. Los otros dos mencionados, Waldemar Bialobrezeski y Jan Jasik, murieron durante el exterminio nazi.
Tanto Sobczak como Karol Czekalski y el francés Albert Veissid (84) aún viven y relataron su dramática experiencia al "Bild". "La vida en el campo era horrible. Todos sabíamos que nos podían matar en cualquier momento y sin ningún motivo ", recordó Sobczak.
El diario alemán también encontró a Czekalski y Veissid en Marsella. "Nunca pensé que encontrarían nuestra botella. Teníamos mucho miedo de que nos mataran cuando encontraran el mensaje", recordó Czekalski .
La semana pasada, apenas se conoció el hallazgo del mensaje, Veissid fue entrevistado por la AFP. Entonces dijo no saber cómo era que su nombre aparecía en el mensaje: "Es un misterio que mi nombre haya aparecido. Yo recuerdo todo lo que me sucedió en Auschwitz. Sin embargo, esa botella me resulta un enigma. Supongo que mi nombre está allí como una devolución de favores: yo hacía la vista gorda cuando ellos robaban comida del lugar en el que trabajaba", dijo.
Jankowiak sobrevivió y vivió en Suecia, hasta 1997, cuando murió. El quinto sobreviviente, el polaco Stanislaw Dubla, falleció en 1952 en un accidente de tren.
Ahora, la botella y su mensaje se expondrán en el Museo de Auschwitz, como un recuerdo del horror. (Agencias)