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El radicalismo rionegrino ha demostrado ser un modelo exitoso. Desde 1983 ha encontrado el modo de reciclarse, trepar sobre sus propias contradicciones internas y mostrarse como opción de sí mismo.Hasta hoy, aun roído por más de dos décadas en el gobierno, sin la calidad dirigencial ni la mística que buscó en el pasado y afectado por los cambios en la política nacional, ha sabido doblarse para no romperse, y travestirse cuando fue necesario. Pese a numerosas denuncias de uso abusivo de los recursos públicos para proselitismo partidario o enriquecimiento personal, sobran los dedos de una mano para contar las condenas firmes y las causas todavía abiertas que puedan jaquear a sus dirigentes.La oposición, sea la encabezada por el peronismo o las que alternativamente representaron el PPR, el MPP, el Frente Grande, el ARI, Sur, el Socialismo o la izquierda, no ha logrado superar la posición reservada al coro en el escenario de la tragedia griega: una participación necesaria pero no relevante, un marco que acompaña sin limitar los movimientos de los protagonistas. Una de dos: o se ha sumado al reparto o ha permanecido en bambalinas.Como en todo año electoral, la pregunta ahora es: ¿se repetirá la historia?Ahora que el kirchnerismo decae en prestigio electoral y en poder efectivo, ahora que el radicalismo nacional se reagrupa e integra, ahora que crecen las críticas a la gestión de Miguel Saiz aun entre sus funcionarios ¿alguien en la oposición provincial logrará capitalizar todo ese potencial?En el frente judicial, el gobierno sigue sin poder zafar de varias denuncias que involucran su gestión institucional o el desempeño personal de dirigentes notables. Pero...-La causa que investiga numerosas irregularidades en la contratación de alimentos por parte del Ministerio de_Familia parece “congelada” sin razón que lo justifique. En una investigación administrativa, nada amerita demoras: se trata sólo de leer los expedientes, contrastarlos con las normas legales y concluir si hubo o no delito y quiénes fueron, en su caso, los responsables.-La investigación iniciada hacia la tarea del juez Funes en ésa y otras causas lo encuentra en medio de una reiteración de licencias por razones de salud: también al freezer.-Como un perro que se muerde la cola, la Justicia y el Ejecutivo se imbrican y enredan en lugar de independizarse y aclarar: el Tribunal de Cuentas ha iniciado una auditoría en Familia invocando no sus funciones propias sino un pedido del juez Funes. La posibilidad de una pericia judicial objetiva y externa parece alejarse.-La denuncia penal por presunto enriquecimiento ilícito del legislador Daniel Sartor –que presentó en estos días la defensora del Pueblo– quitó presión al fiscal de Investigaciones Administrativas y a la Legislatura, que en los últimos seis meses han jugado al Antón Perulero con el expediente administrativo sobre igual tema.En definitiva, se ramifican las investigaciones pero no se avanza nada.Y, como suele suceder cuando le toca a la Justicia investigar al Poder Ejecutivo, nada permite suponer que alguien trasponga la invisible línea roja. No al menos hasta que las elecciones hayan despejado el panorama político.Ejemplo histórico de esta regla es que, a casi un año de que el ex vicegobernador Edgardo Gagliardi fuera condenado por defraudación por el pago de “ñoquis” con dinero legislativo –luego de que él mismo admitiera su responsabilidad– recién hace unos días se emitió la resolución administrativa que lo declara en rebeldía en el trámite para que devuelva el dinero equivalente al perjuicio ocasionado al Estado. ¡Y pasaron 13 años desde que se produjeron los hechos!En el frente político, es de prever que la elección de dos diputados nacionales no alcanzará para movilizar multitudes ni agitar pasiones en Río Negro. La atención, en todo caso, estará centrada en cuánto poder pierde el kirchnerismo a nivel nacional y quién logra acumular votos a fin de ir construyendo alternativas, dentro y fuera del peronismo.En la provincia, por razones diversas, el radicalismo y el peronismo harán campaña con eje en el kirchnerismo y en sus propios aparatos partidarios, mientras que el ARI, en cambio, pondrá énfasis en la imagen de su candidata, Magdalena Odarda, y en su condición de única oferta antikirchnerista en Río Negro.El peronista Oscar Albrieu –conocido para la dirigencia peronista– tendrá que trabajar para instalarse en los jóvenes votantes y en los arribados a la provincia en los últimos años.Por su parte, el radical Hugo Castañón no es buen candidato ni en su ciudad –Bariloche– ni en el resto de la provincia, donde resulta desconocido aun para sus correligionarios. Para colmo, su designación como candidato representó un fracaso para los radicales orgánicos alineados tras Fernando Chironi y para quienes –como el vicegobernador Mendioroz–se sienten incómodos en la opción kirchnerista de Saiz pero no tienen el poder político o la decisión personal de actuar en consecuencia.Por eso, uno y otro dependerán de lo que intendentes y referentes locales estén dispuestos a hacer por ellos.La duda es qué votos logrará Odarda y si le bastarán para desplazar de los dos primeros lugares a la UCR o al PJ, ya que –al elegirse dos diputados nacionales– de nada le valdría un tercer lugar. Tal vez, en esa suma, lamente no haber reservado el segundo lugar de su lista para algún radical orgánico.En fin, mientras continúa el absurdo debate por cómo simular la recuperación de días de clase que todos admiten perdidos sin remedio, la provincia privilegia el marco político. Y pone proa a las urnas.
ALICIA MILLER amiller@rionegro.com.ar |
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