El día después de su (eterno) retorno a River, el delantero Ariel Ortega decidió dejar atrás el pasado y olvidar rencores. Su felicidad por estar de vuelta en Núñez pudo más que el recuerdo de aquellos días d exclusión y partida rumbo a Mendoza.
"No soy una persona que me fije en el pasado. Lo que pasó, pasó. Hubo errores de mi parte y de ellos (por los dirigentes) pero no vienen al caso. River me abrió una vez más las puertas y mi deseo es estar con el grupo y jugar en gran nivel", reconoció.
"La idea ahora es descansar con la familia, pero tengo muchas ganas de sumarme al grupo cuanto antes. No sé cuándo se dará, pero firmaré los papeles y me sumaré la semana que viene o la otra", indicó Ortega al hablar por radio La Red.
El Burrito reiteró que "estar en River" lo "pone feliz y contento". "Yo necesito a River. Viví muchas cosas con este club y la gente siempre me trata muy bien. Soy un agradecido. Siempre que estuve en River me fue bien y por eso quiero retirarme acá", añadió.
Tratar de estar mejor
El delantero, quien el jueves estuvo reunido con Aguilar en la sede del club, comentó que "en lo personal" lo "llena de felicidad volver y entrenar con el club" donde "mejor" lo "trataron". "Las ganas y las pilas están puestas. Estoy muy agradecido y tengo ganas de aportar lo mío. Primero tengo que hacer una buena pretemporada", insistió.
Al hacer un balance de su paso por Independiente Rivadavia, reconoció que "en Mendoza fue una experiencia más y estoy agradecido. Cuando uno llega a un lugar es para lograr objetivos, en este caso ascender, y no se pudo. Puede ser que haya sentido el cambio de categoría, pero nunca me gusto poner excusas".
En el equipo mendocino, Ortega convirtió apenas cuatro goles, tres de ellos de penal, y sufrió tres expulsiones. "Creo que la racha de expulsiones influyó, fue impotencia de querer hacer todo y que las cosas no salgan. Se juntaron cosas futbolísticas y no hay otra cosa", remató.