Miércoles 06 de Mayo de 2009 Edicion impresa pag. 30 > Policiales y Judiciales
Creen haber hallado a joven desaparecida en 2002
Su cuerpo y el de su beba podrían estar enterrados. Investigan sepulcro escondido en Corcovado.

CORCOVADO (AEB). Un guía de pesca sintió que algo sospechoso ocurría cuando vio un auto "conocido" en un cementerio abandonado, en el camino que une la localidad chubutense de Corcovado con la zona de Río Pico. Era el auto del hombre que, según la familia de Mónica Villagrán y de su hijita, vistas por última vez hace 7 años, podría estar implicado con la desaparición.

De inmediato dio aviso a la Justicia y eso bastó para reabrir la causa, que más allá de las acusaciones que plantea la familia de Villagrán, no tiene imputados.

Ayer, los fiscales Fernando Rivarola y Martín Zacchino brindaron una conferencia de prensa en Esquel para comunicar el estado de la investigación, en la que se procura establecer lo sucedido con la joven madre y su beba.

Ahora, un equipo especializado comandado por un antropólogo forense tendrá a su cargo el relevamiento de una tumba que, según presume gente del lugar, podría "tener alguna vinculación con aquella desaparición".

La desaparición de Villagrán y su hijita ocurrió el 29 de abril del año 2002, alrededor de las 20, cuando la chica de 19 años le pidió permiso a su madre para ir con la beba al hospital del pueblo. Sin embargo, por las averiguaciones que luego se realizaron, ella jamás estuvo allí.

Aquel atardecer, Mónica Villagrán salió con su hija "sólo con lo puesto" y nunca más apareció, aunque a los pocos días llamaron a su madre desde el Juzgado de Paz para entregarle el documento de la pequeña Lucía. El dato no es menor, ya que ayer trascendió que el día previo a la desaparición, el juez de paz Mario Baigorria habría estado con Mónica, quien le dejó el DNI de su niña para que su ex pareja (el hombre a quien la familia señala como sospechoso) reconozca su paternidad y haga efectivo el pago de la posterior cuota alimentaria.

Las fuentes destacaron que "él estaba dispuesto a cumplir con los dos aspectos", pero la madre de la chica desaparecida insiste en culpar "tanto a él como a la esposa que él tenía en esa época". Según expuso, "tres días antes de que Mónica y su beba desaparezcan, ella intentó atropellarla con su auto. Yo hice la exposición en la comisaría pero los oficiales Oviedo y Vargas no me dieron bolilla. Pasó mucho tiempo y lamentablemente ahora creo que mi hija y mi nietita están muertas", subrayó la madre de Villagrán.

La joven buscada dejó otra hija, que actualmente tiene 10 años y es criada por su abuela. "Siempre pregunta por su mamá, pero se le ha dicho la verdad, que desapareció", aseguró.

El tiempo cubrió de misterio la causa hasta que Omar Ceballos, un amigo de la familia que se dedica a llevar excursiones de pesca a los lagos de la zona, notó en varias oportunidades que pasó por la Ruta 71 hacia el sur que el vehículo del sujeto señalado por la familia estaba estacionado a la altura del río Cabeza de Vaca, un paraje por demás solitario.

La curiosidad lo llevó a investigar y en medio de bosquecillo de ñires, a unos 400 metros campo adentro, halló un viejo cementerio de unas 30 sepulturas, usado por los pobladores en los primeros años del siglo pasado.

Constató que "desde hace 60 años no se entierra a nadie allí, al menos oficialmente". Notó que sobresalía una lápida con aspecto más nuevo y en otra recorrida se encontró con un paquete de velas fabricado en 2007 y unas flores plásticas recién depositadas en el lugar. Entonces ya no tuvo dudas y aportó esos datos a la Brigada de Investigaciones de Esquel.

La hipótesis que manejan los investigadores indica que "el sospechoso habría enterrado ambos cuerpos en el lugar", pero aclaran que "por el momento es sólo una posibilidad y las excavaciones develarán la verdad". Así lo aseguró una fuente judicial, que también confirmó que "aún no hay fecha cierta para el peritaje del sepulcro" y que el sitio "quedará bajo vigilancia de la policía y Defensa Civil".

Los fiscales indicaron que por el momento no hay ninguna persona imputada en la causa. Los familiares volcaron sus sospechas respecto de quién sería el responsable, sin embargo, no hay aún evidencias concretas que permitan acreditar esta hipótesis. Zacchino indicó que justamente por esta causa es fundamental preservar las nuevas pistas y no descartar presunciones, ya que en caso de obtenerse resultados positivos, éstos podrían ofrecer alguna información "sobre una eventual autoría delictiva".

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