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Sabor amargo del tratado Gaza-Jericó | ||
TEL AVIV- El 4 de mayo de 1994 es una fecha grabada a fuego en la historia de Medio Oriente. Quince años después, sin embargo, la mayoría de palestinos e israelíes no pueden o no quieren recordarla. La firma del llamado acuerdo Gaza-Jericó en El Cairo, parte del proceso de paz de Oslo, implicó que los palestinos recibieran por primera vez un territorio en el que podían gobernar con amplia autonomía sus propios asuntos. Hoy los palestinos siguen esperando un Estado independiente, e Israel más seguridad. Y la organización radical Hamas aprovechó el aniversario para llamar a abandonar el "mal acuerdo" e instar a seguir la vía de la resistencia contra Israel. El acuerdo fue resultado de una dura negociación. La disputa en torno a la extensión de la ciudad palestina de Jericó enfrentó al entonces primer ministro israelí, Isaac Rabin, y el líder de la Organización para la Liberación Palestina, Yassir Arafat, justo antes de la firma. El análisis del proceso de paz de Oslo y la consideración de sus aportes hizo correr ríos de tinta. Unos creen que el proceso fue fallido desde el comienzo y que estaba condenado al fracaso. Otros sostienen que el pacto en sí era válido, pero que su implantación fue defectuosa. Israel abandonó en 2005 la Franja de Gaza, pero en Cisjordania los palestinos controlan hoy sólo un 55% del territorio. La organización humanitaria israelí Btselem asegura que hay 121 asentamientos judíos en la zona. Otro centenar no es reconocido con el gobierno, pero tampoco levantado, como exige el plan de paz. (DPA) | ||
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