Domingo 03 de Mayo de 2009 Edicion impresa pag. 35 > Sociedad
Padres súper ocupados, ¿niños con trastornos?
Niños hiperactivos, con problemas... ¿cuál es el origen? "Los chicos copian, lo bueno y lo malo", advierten

¡A los adultos nos preocupan tantas cosas!

El dinero, los problemas laborales, el corte de ruta, la suba de impuestos, etc., etc., etc. ¿Nos preocupan o nos ocupan las relaciones humanas?

¿O sólo pensamos en ellas cuando nos estamos por separar o cuando nos llaman de la escuela?

Niños y adolescentes? ¿En qué andan? ¿Qué les pasa? ¿Por qué tantas dificultades de conducta, de atención, de integración, de violencia?

¿Por qué tanta cantidad de niños medicados por diagnóstico de hiperactividad?

Respuestas frecuentes: la escuela no supo integrarlo, los padres se separaron, la madre se fue de la casa, el padre no lo reconoció, me nació así?, la maestra es de terror?, en el grupo se distrae, no me hace caso, etc.

Contestan a los adultos sin reparos, se revelan sin culpa, repiten de año con frecuencia.

¿Tendremos algo que ver? ¿O repetiremos ´Yo, argentino´?

¿No será que nuestra cultura llora y protesta al igual que nuestro tango? Sabemos tirar la pelota con mucha habilidad fuera del área y olvidamos en general subir al caballo para construir. ¿Podría ser esa parte de nuestra realidad?

¿Será que nuestras generaciones nos miran demasiado mientras nosotros estamos distraídos en tantas cosas importantes?

Los chicos copian, eso lo sabemos todos. Copian lo bueno y lo malo. Necesitan formarse y somos sus espejos.

Nos escuchan cuando insultamos a alguien y cuando luego de discutir arribamos a acuerdos. Copian, porque no conocen otra cosa. Luego lo irán modificando de acuerdo a sus necesidades, pero somos sus bases.

Sufren en silencio cuando no se respetan sus derechos. Pero ese silencio es momentáneo. Crecen rápido y la forma de demostrar lo que les sucede es como pueden y para todos. Pero no sólo papá y mamá son los modelos. También es la maestra, la directora, la psicopedagoga, el tío, el vecino. Todos. Todos somos responsables.

Por suerte tenemos opciones: hacernos cargo no significa castigarnos y creer que somos lo peor. Significa buscar cambios.

Podemos considerar que no juzgar es un buen comienzo.

Si algo no nos gusta decirlo sin gritar ni discutir, hablar. Si no se dice se actúa, como los problemas de conducta en los niños.

Ser claro en los conceptos que deseamos y cómo lograrlo. Ofrecer pautas para ser cumplidas.

Pensar qué esperamos de nuestra persona para saber qué queremos de ellos.

Respetar a todos, para ser respetado por todos.

¿No es tarea fácil, no? Pero podría ser un buen desafío cotidiano.

(*) Psicopedagoga.

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