Cien años de un emprendimiento regional vigoroso, con presencia internacional y desarrollo en su innovación y calidad, es un acontecimiento que merece ser bien celebrado.
La tradicional bodega Humberto Canale decidió comenzar a compartir el centenario con la comunidad, y durante el año programó cuatro fiestas aquí, en el extremo sur y en Buenos Aires, una de las cuales se realizó antenoche en su chacra 186 de Roca.
Unos 300 vecinos de distintas actividades participaron de esta primera celebración dentro del mundo mismo de cubas, toneles y barricas, algunas inmensas y antiguas de roble, otras modernas de acero. Fue una fiesta original, dividida en cuatro partes: se combinaban entradas y comidas frías y calientes con las conocidas variedades de vino que produce la empresa.
Grupos de música y canto de gran calidad fueron un regalo inesperado. Se encontraban el gobernador Miguel Saiz, el intendente Carlos Soria, empresarios, comerciantes, políticos y profesionales de distinta actividad.
Todos compartieron la alegría del ingeniero Guillermo Barzi -presidente del establecimiento- y de su familia. Barzi habló de los orígenes de la actividad de su abuelo Humberto Canale junto al ingeniero Luis Huergo. Ambos en 1909, tras la Conquista del Desierto, emprendieron la osada aventura de plantar -en parte de las 400 hectáreas que habían comprado- viñas con cepas traídas desde Francia por el propio Canale. Esta tarea épica (que significaba desmontar, llevar agua y plantar en medio del desierto), así como la integración de los negocios de la familia a lo largo del tiempo (los hermanos de Humberto, Julio y Amadeo, han sido los creadores de los famosos biscochos y pandulce Canale) fueron recordados con emoción por Barzi.
Hoy la bodega tiene presencia en 25 países del mundo y desarrolla vinos de calidad (al Íntimo y Gran Reserva se le sumó Estate y Dos cielos). Y ahora viene Centenium, de edición limitada en homenaje al fundador. Se trata de una combinación de merlot y malbec, con sutil incorporación de cabernet franc. El merlot se crío durante 18 meses en barricas de roble americano y las otras dos variedades en barricas de roble francés. Este "blendt" se envasó en botellones traídos de Italia. Un vino de alta gama, a la altura de la trayectoria de un siglo de esta empresa orgullo de la región.
