Inmerso en la búsqueda de un inédito triplete, el Barcelona necesita al argentino Lionel Messi más que nunca. Por eso el delantero precisará de sesión de diván con su entrenador tras su gris partido ante el Chelsea en la Liga de Campeones. "Leo nunca juega mal", dijo Josep Guardiola tras el 0-0 en el Camp Nou en la ida de las semifinales de la Champions.

Sin embargo, Messi estuvo desdibujado en el Camp Nou. El entrenador del Chelsea, el holandés Guus Hiddink, dio con la tecla justa. El extremo francés Florent Malouda apenas se incorporó al ataque, siempre pendiente de ayudar al lateral portugués José Bosingwa. Y si el 10 barcelonista iniciaba alguna de sus diagonales hacia dentro, donde estaba siempre el inglés John Terry esperando.

Este sábado, Messi tiene otra prueba tremenda: el Real Madrid espera al Barcelona en el Santiago Bernabeu. El club blanco es segundo a cuatro puntos de su rival a falta de cinco fechas para el final de la Liga. El argentino, falto de explosividad en los últimos choques, se encontrará probablemente con un marcaje tan poblado y agresivo como el del martes, por lo que necesita sobreponerse de inmediato de su "fracaso" ante el Chelsea.