NEUQUÉN (AN).- La EPET 7 del barrio El Progreso es una de las pocas escuelas descentralizadas que hay en la provincia: depende de los fondos que le gire el Consejo Provincial de Educación (CPE) para solventar los gastos que le permiten abrir las puertas todos los días.

Las autoridades de la institución dicen que haciendo "magia" podrán estirar el uso del dinero con que cuentan ahora para que haya clases hasta la semana que viene. Se trata de una institución que alberga a 500 estudiantes, que concurren a la especialidad de electricidad con orientación en electrónica industrial.

Desde que comenzó el año recibieron cada vez menos dinero: en marzo unos 6.000 pesos, y este mes, 5.400 pesos. Ambas cifras son inferiores al promedio de 9.000 que les giraron en 2008.

"Necesitaríamos unos 12.000 pesos para no pasar sobresaltos", contó el director de la institución, Conrado Cargnel.

"Tenemos que comprar elementos de limpieza, pagar la luz, el gas, sierras para las maquinarias. La situación es insostenible. Los padres lo saben. Y por eso se vienen reuniendo en asambleas", afirmó el director.

Describió que "nos están mandando partidas para sanear la emergencia" y que "no podemos depender de la llegada de un cheque de último momento, todos los días, para saber si vamos a poder abrir las puertas de la escuela".