Como es de público conocimiento un día antes de producirse, el 28 de junio de 1966, el golpe de Estado conducido por el general Juan Carlos Onganía, la Legislatura provincial había sancionado la ley 471 de creación del escudo de Río Negro. La obra ganadora fue elaborada por el vecino de Bariloche Adalberto Czabanyi y fue seleccionada de un concurso de 88 dibujos y bocetos presentados.
Después de asumir la conducción del gobierno provincial los funcionarios de la dictadura militar derogaron esa norma y diseñaron el actual y vigente escudo. Finalmente, el 22 de setiembre de 1982 fue ratificado y oficializado mediante decreto-ley de las autoridades del genocida Proceso de Reorganización Nacional.
Con relación a este tema es preciso recordar que el 17 de setiembre de 2008, durante el primer encuentro informativo para la creación de la bandera provincial realizado en el Centro Municipal de Cultura, en Viedma, se cuestionó la convocatoria a la reunión. Precisamente se atacaba la decisión de exigir en las bases del concurso que el nuevo símbolo debiera elaborarse en absoluta "concordancia" con el escudo impuesto por un gobierno militar.
El ministro de Gobierno, José Luis Rodríguez, presente en el acto, respondió los cuestionamientos y públicamente prometió que el Poder Ejecutivo iniciaría un proceso de legitimación y se "reconsideraría la ley de creación del escudo de Río Negro y también el contenido de la letra del himno provincial".
Pero posteriormente en declaraciones periodísticas anunció que este procedimiento se concretaría luego de la aprobación de la ley por la que se crearía la bandera provincial. El proceso de reconsideración del escudo y del himno debería tener prioridad. Pero para concretar la reivindicación prometida faltaba una clara decisión política que de ningún modo podía impulsar y sancionar la ley 3.168 que dispuso la formación de una comisión especial, en la órbita del Consejo Provincial de Educación, para la "creación de la bandera en absoluta concordancia con el escudo provincial".
Resulta difícil comprender al gobierno de Miguel Saiz que públicamente asume el compromiso de "legitimar" los máximos símbolos de Río Negro por no ser "productos de la democracia" y comete el garrafal y elemental error de promulgar una ley que mantiene y reaviva el conflicto.
Al insertarse en la bandera creada y presentada poco tiempo atrás en esta capital elementos del escudo creado por el ministro del régimen militar Argeo Cosme Binda, el pabellón provincial desde el mismo momento de su nacimiento pierde "legitimidad".
Han pasado 43 años de la injusta derogación de la ley de creación de la primera insignia provincial y 26 de plena vigencia del sistema democrático. Había un escudo de la provincia de Río Negro aprobado por el Parlamento en 1966 que fue reemplazado con prepotencia e impunidad por funcionarios de una dictadura militar.
Lamentablemente el 25 de marzo pasado se presentó oficialmente el proyecto ganador del concurso para la creación de la bandera de Río Negro. En los próximos días sería considerada la ley de oficialización en el Parlamento provincial. Luego de la sanción de la ley, el emblema podrá ser mostrado y utilizado por todos los rionegrinos.
Apresurada e irracional fue la posición del gobierno radical. No era un tema de tanta premura la creación de la bandera provincial. El escudo y el himno por sus indiscutibles cuestionamientos deben ser reconsiderados prioritariamente por los legisladores provinciales y también por el pueblo de Río Negro a través de una consulta.
Las medallas con la efigie del escudo de la democracia
Como curiosidad y prueba testimonial e irrefutable de la sanción de la ley de creación del escudo provincial se conservan en la más antigua y tradicional joyería de esta capital las medallas destinadas a los legisladores que habían participado y sancionado la norma. El propietario del comercio, Omar Nelson Balda, hizo acuñar en Buenos Aires una interesante cantidad de medallas con el grabado del flamante emblema provincial.
Todavía está esperando a los diputados y a sus potenciales clientes, que con seguridad las hubieran adquirido. El escudo de la democracia nació por voluntad de un gobierno constitucional y del Parlamento de Río Negro. Pero murió rápidamente por la exclusiva y autoritaria decisión de un funcionario y el apoyo de una dictadura militar. A 43 años de esta demencial y prepotente actitud y a 26 de la vigencia de la democracia, muchos rionegrinos esperan un acto de reparación histórica, de reivindicación y justicia que ponga fin al atropello consumado.
Cuestionamiento a la letra del himno
El himno a Río Negro, oficializado durante el gobierno del justicialista Mario José Franco, compuesto por el músico viedmense Salvador Gallo y el sacerdote, nacido en San Javier, Río Negro, Raúl Entraigas, también es motivo de confrontación entre distintos sectores de la comunidad.
Desde el mismo momento de su oficialización se criticó el contenido de la letra. Fundamentalmente se cuestionó severamente la segunda estrofa, que literalmente expresa: "Ha dejado atrás el tiempo, ahora marcha rumbo al sol, sobre el alma del tehuelche puso el sello el español". Se descalifica esa frase por discriminatoria y falaz. A los pueblos originarios se les impusieron por la fuerza una religión y una cultura extrañas. Se desconocieron sus costumbres y vivencias ancestrales.
También fue rechazada la última estrofa del himno que dice: "El valle, el río, la pampa, los andes, arado y pluma bien juntos los dos, han de alcanzarnos el triunfo radiante, con el auspicio benigno de Dios".
Se hace mención a la frase "el valle, el río, la pampa, los andes", señalando que Río Negro no pertenece a la pampa y que también se omite mencionar "la estepa y el mar", que sí conforman la geografía provincial.
HÉCTOR JORGE COLÁS (*)
Especial para "Río Negro"
(*) Periodista. Viedma.
