ZAPALA (AZ).- La Cámara Criminal de esta ciudad resolvió ayer absolver de culpa y cargo a José "Pecho de Lata" Antiñir por el crimen de Benjamín Pilquiñan, ocurrido en agosto de 2007 en el paraje Los Miches.
Los jueces Oscar Rodeiro, Liliana Deiub y Eduardo Sagues, consideraron que las pruebas recolectadas durante la instrucción de la causa y los testimonios aportados en el debate no eran lo suficientemente contundentes para señalara a Antiñir como el autor del hecho.
Por ende, absolvieron al acusado por el "beneficio de la duda".
El fiscal Héctor Trova había solicitado 10 años de prisión para "Pecho de Lata" mientras que el defensor oficial, Miguel Manso, había reclamado su libertad.
"Los indicios que señalara el fiscal resultan, en mi apreciación, anfibológicos y sólo sirven para instalar la duda que, por aplicación imperativa del principio "in dubio pro reo", debe computarse a favor del justiciable", expuso en su voto el camarista Oscar Rodeiro.
En otro tramo de la sentencia, el magistrado advirtió que "tampoco se pudo establecer la existencia de alguna huella en el cuerpo del imputado al momento de ser requisado".
Además agregó que "el cotejo de ADN que se realizó en la sangre humana hallada en las uñas de Antiñir arrojó como resultado que se trataba de su propia sangre a lo que debemos sumarle que tampoco fue posible hallar muestras genéticas del imputado en los elementos secuestrados en el lugar del suceso y en el cuerpo o la ropa de la víctima".
De acuerdo a la investigación judicial, Pilquiñan fue asesinado el 6 de agosto de 2007 alrededor de las 18.30 en una senda rural del paraje norteño.
Su agresor lo golpeó hasta hacerlo caer boca abajo y luego le asestó un terrible golpe en la cabeza con una piedra que le provocó fractura de cráneo y la muerte pocos segundos más tarde.
El acusado siempre negó ser el autor del crimen y en su versión ante los jueces dijo que el agresor había sido un hijastro de Pilquiñan.
"Vi como le pegaba con una piedra pero tuve miedo y me escapé" contó Antiñir ante los magistrados.
El perfil psicológico del imputado fue uno de los puntos que generó mayor controversia a lo largo del juicio.
En primera instancia el perito Carlini Carranza sostuvo que era imputable pero a partir de un reclamo del defensor Miguel Manso tuvo que ampliar su informe.
El psiquiatra ratificó su pronunciamiento y dio luz verde para la acusación fiscal.
