| ISLAMABAD (DPA).- Las fuerzas de seguridad paquistaníes iniciaron una nueva gran ofensiva contra los milicianos talibanes en la convulsa Provincia Noroeste fronteriza con Afganistán, informó ayer el Ejército, mientras dos explosiones separadas provocaron la muerte de 16 niños y otras dos personas en el país. El ministro del Interior, Rehman Malik, pidió una dura acción contra los insurgentes, a los que acusó de una explosión en la localidad de Lugman Banda, en el distrito de Dir que mató a 12 niños. Los pequeños, de entre cuatro y 13 años, murieron y otros tres resultaran heridos el sábado en la zona del noroeste de Pakistán, después de que estallara la supuesta pelota de fútbol con la que jugaban en casa, informó la policía en Islamabad. Ocho de ellos pertenecían a la misma familia. La tragedia tuvo lugar en la localidad de Lugman Banda, en el distrito de Dir, cuando los niños volvían a casa del colegio. El grupo recogió la supuesta pelota, en realidad un "juguete-bomba", en el camino a casa. Según la policía, aún no se ha esclarecido si alguien entregó el artefacto a los niños, o si éste fue abandonado en el camino por presuntos milicianos que combatían en el país vecino de Afganistán. Además, una pareja y sus cuatro hijos murieron ayer tras la explosión de una granada en la convulsa región tribal de Pakistán, cerca de Datta Khel, en el distrito tribal de Waziristán del Norte, un conocido feudo de milicianos talibanes y de Al Qaeda junto a la frontera afgana. Las tropas de tierra atacaron posiciones de los extremistas en el distrito de Dir, fronterizo al valle del Swat, apoyados por helicópteros de combate, informó ayer el Ejército. Un comunicado del Ejército habló de diez milicianos talibanes muertos hallados en Lal Qila, que quedó "totalmente asegurado tras la exitosa operación". Anteriormente, el Ejército había informado de "numerosos insurgentes muertos" alrededor del pueblo de Kala Daag, entre ellos un comandante de los talibanes, además de un soldado. Pakistán responde así a las críticas internacionales. Varios gobiernos occidentales habían exigido al país que actuara contra los extremistas en la región fronteriza con Afganistán. La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, acusó a Islamabad de capitular ante los talibanes. | |