NEUQUÉN (AN).- En apenas un año y medio, en la ciudad de Neuquén se descubrieron seis casos de trata de personas por explotación sexual y se supo de muchos otros en el interior de la provincia, sobre todo en lugares donde hay actividad petrolera.

En Río Negro, la desaparición de Otoño Uriarte el 23 de octubre de 2006 tuvo un rebote insospechado: los casos de trata dejaron de ser invisibles y quedaron al descubierto las sospechosas relaciones de la Policía con los prostíbulos de Choele Choel y Roca.

"Las redes operan dentro de la Argentina y en el caso específico de Río Negro y Neuquén estamos en una zona de paso para el resto de la Patagonia", afirma Germán Bernales, del Centro de Derechos Humanos del Comahue.

Bernales es el principal referente de la Red Interjurisdiccional contra la Trata de Río Negro y Neuquén.

Por primera vez dos provincias argentinas se unen para trabajar en conjunto contra la trata de personas y hace una semana, a partir de una iniciativa de la Defensoría del Pueblo de Neuquén, tomaron contacto con representantes de Chubut y La Pampa, una estrategia que jamás llegaron a aplicar los estados.

Bernales explica que en los últimos tiempos la sociedad ha abierto los ojos y que ya no son mujeres traídas desde el norte o de República Dominicana.

"Tenemos zonas de captación en la Patagonia y no sólo en Paraguay, las provincias del Norte y República Dominicana como se creía", describió.

Para Bernales el tema de trata es "un problema de seguridad nacional".

"Las redes están diez pasos delante de los gobiernos y tienen una infraestructura superior a la de los gobiernos, económica y tecnológicamente; lo cual nos obliga a los estados a comenzar a trabajar fuertemente en el tema", explicó.

Un caso testigo de cómo operan las redes se dio hace algo más de un año en Chubut: 16 chicas de 16 ó 17 desaparecieron en la misma semana. Habían sido captadas por un red de trata y eran obligadas a prostituirse.

"Eran chicas de un barrio periférico de Rawson, las invitaban a fiestas, las inducían a consumir droga (cocaína) y cuando lograban la adicción les decían que para conseguir la droga tenían que prostituirse", contó Bernales quien trabajó en el tema en conjunto con el Inadi de Chubut.

"Las chicas, todas en situación de riesgo, fueron restituidas con sus familias pero como eran adictas volvían a la red por su propia voluntad", agregó Valeria Walton, del Inadi de Chubut. Fue la primera prueba concreta de que las redes captan en la región. Y hay sospechas de que situaciones similares se repiten en las provincias de la región, siempre bajo la connivencia de algún poder del Estado. Las redes no pueden funcionar sin protección.

A principios de febrero, la Justicia neuquina llevó adelante un megaoperativo contra la prostitución en Rincón de los Sauces. Hubo una evidente fuga de información pero igual se encontró a dos menores en un cabaret y una decena de chicas de República Dominicana que habían ingresado ilegalmente al país.

La defensora del Pueblo adjunta de Neuquén, Graciela Bordieu, advierte que las redes "no pueden funcionar sin complicidades y se aprovechan de los Estados débiles con instituciones débiles".

En Choele Choel-a pesar de los esfuerzos de una jueza y de pruebas demoledoras contra policías- no se han logrado avances y falta compromiso político. Allí, en un cabaret en el 2005, fueron encontradas 17 chicas paraguayas que eran mantenidas como esclavas.

"Las redes están violando la seguridad de un Estado porque están violando legislaciones laborales, de derechos humanos, de migración y código penal por privación ilegítima de libertad o secuestros", agregó Bernales.

La concejal de Santa Rosa, La Pampa, Norma Iribarren grafica el escenario.

"Estamos casi solos ante este tema, peleamos contra molinos de viento. Falta el compromiso de la Cámara de Diputados, de la Policía, de la Justicia y de los distintos estamentos del Estado y del gobierno provincial. Indudablemente necesitamos la voluntad política", explicó la concejal pampeana que durante el Rally Dakar salió a la ruta con panfletos y pancartas que decían "Santa Rosa le dice no a la trata de personas".

La periodista Mónica Molina, integrante del área Mujer de Santa Rosa, dice que han avanzado al poner en evidencia las wisquerías que funcionan la ciudad. Y tiene sospechas de que muchos de los cotos de caza de la provincia ofrecen servicios sexuales a los visitantes, casi siempre extranjeros. "No les decimos clientes, les decimos prostituyentes, parece una pavada pero es un paso hacia la toma de conciencia", dice Molina quien hace un par de años investigando a uno de los mayores responsables del delito de trata de personas entrevistó al director de un hospital de la localidad de Macachín.

"El médico nos admitió que había prostíbulos y mujeres explotadas pero enseguida nos aclaró ´Pero las tienen bien ahí´", cerró Mónica Molina.

RODOLFO CHÁVEZ

rchavez@rionegro.com.ar