WASHINGTON (DPA).- Barack Obama ha impresionado al mundo en sus 100 días de mandato. En sus incesantes viajes al extranjero las masas vitorearon a la súper estrella política. Los poderosos del mundo se disputan citas con él y su entorno. En casa, la mayoría de norteamericanos siguen con fascinación la omnipresencia de su nuevo presidente.
Con un aluvión de iniciativas y reformas políticas, con sus discursos ante soldados y ciudadanos, con su presencia en programas de entrevistas, con sus intervenciones como experto en deportes o como dueño del nuevo "primer perro" en la Casa Blanca, el gran comunicador domina titulares y programas televisivos. Los genios propagandísticos de la Casa Blanca también quieren utilizar el aniversario de los 100 días de gobierno para ensalzar la gloria del carismático jefe. Desde Franklin D. Roosevelt no ha habido ningún presidente con tanta fuerza creadora: "Ninguno ha abordado tanto en tan poco tiempo como Obama", dijo un consejero presidencial bajo anonimato a la revista "Politico".
El primer presidente estadounidense negro, en efecto, ha hecho mucho por cumplir su promesa de "cambio" y nueva "esperanza".
Sin embargo, la apasionada anacrusa de timbales y trompetas sólo es el preludio del "primer acto de la ópera" de esta presidencia, advirtió. También desde el extranjero llegan abundantes elogios. Incluso encarnizados críticos de Estados Unidos, como el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, hablan de un posible "nuevo comienzo". "Estados Unidos ha cambiado", reza el mensaje de Obama al mundo. Quiere "escuchar y aprender", subraya una y otra vez. Les estrecha una mano conciliadora a críticos y adversarios.
No obstante, pocos escucharon con atención cuando Obama realzó la pretensión de liderazgo de Estados Unidos y dijo que no sólo Norteamérica, sino "también otros deben cambiar". El demócrata, de 47 años, tiene en mente establecer un nuevo orden mundial, que no se fundamente en la fuerza militar sino en el entendimiento. Y entusiasma a millones de personas con su visión pacífica, desprovista de armas nucleares.
En vista de la dramática recesión, se puso en funcionamiento el mayor programa coyuntural de la historia. Cientos de millones de dólares se destinarán a reformas sanitarias, política medioambiental e infraestructuras. El legado más duradero del gobierno Obama será la "redefinición del capitalismo", escribió el politólogo Donal Kettl (Brookings Institut) y remitió al crecimiento del poder económico del Estado y a la regulación del sector financiero.
Obama ordenó, tal y como prometió, el cierre del centro de detención de Guantánamo y de prisiones secretas de la CIA, juró a todos erradicar los métodos de tortura y decidió retirar las tropas de Irak. "Una nueva estrategia" estabilizará Afganistán.
Obama todavía no ha perdido nada de su efecto estrella, todavía impera la indulgencia ante la pesada herencia que la anterior administración le ha legado a Obama. Aunque sus contrincantes ya se preparan para desenmascarar la idea de una "nueva América", que consideran es más bien un "gran show".