SAN MARTÍN DE LOS ANDES (ASM).- Una vivienda quedó reducida a cenizas por un incendio cuyas causas se investigan, y que amenazó con propagarse al bosque circundante y a las propiedades aledañas, sobre los faldeos del cerro Comandante Díaz. No hubo que lamentar víctimas pero sí pérdidas totales en el inmueble.
Apenas minutos después de iniciado el siniestro en la noche del viernes, el casco céntrico de la ciudad se vio sometido a un corte de luz, por lo que muchos relacionaron el incendio con la interrupción de la energía eléctrica, pero luego se comprobaría que no hubo vinculación alguna entre un incidente y el otro, más allá de la coincidencia en el tiempo.
El fuego fue declarado alrededor de las 21, en una vivienda ubicada en las inmediaciones del viejo hotel Sol de los Andes, camino a la antigua planta transmisora de Radio Nacional.
Por causas que se ignoran, la construcción, de una sola planta se convirtió en una pira en cuestión de minutos.
Varias dotaciones de los Bomberos Voluntarios de San Martín de los Andes, con autobombas y camiones cisterna (en el lugar no hay tomas de agua), trabajaron por algo más de una hora para contener las lenguas de fuego, que ya habían consumido la casa pero que amenazaban con extenderse al bosque y, con ello, poner en riesgo otras viviendas de los alrededores.
Las llamas eran visibles desde el casco histórico, alzándose varios metros sobre el recorte de las copas de los árboles, pero la situación asumió ribetes de dramatismo, cuando un apagón se producía casi al mismo tiempo que el ulular de las sirenas.
Muchos vecinos, que en ese momento transitaban por calles de la ciudad, veían cómo las luces de los vehículos de bomberos y el resplandor del fuego se recortaban sobre el telón de la noche, bajo una cerrada oscuridad.
El incendio no dejó víctimas aunque las pérdidas en la vivienda fueron totales. Mientras tanto, el corte de energía se prolongó por más de una hora, hasta que finalmente se repuso el suministro. Luego, se supo que la interrupción del servicio obedeció a un desperfecto en un tramo de un cable subterráneo de 33.000 voltios del alimentador principal, que nada tenía que ver con los episodios que en ese mismo momento se sucedían en el cerro Comandante Diez, que rodea a la ciudad por el sur.