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Los Cazurros, al rescate de la infancia | ||
El dúo de actores, titiriteros y humoristas trae su espectáculo, hoy y mañana, gratis. Sus obras son tan recomendables para los más pequeños como para los adultos. | ||
Cuando comenzaron a trabajar juntos en Valeria del Mar, Pinamar y Cariló corría 1994 y los teatros de la Avenida Corrientes quedaban lejos en kilómetros y en la imaginación de Ernesto Sánchez y Pablo Herrero, dos actores, Los Cazurros, que convierten los escenarios en un cuarto de juegos. Eso harán hoy en el Centro Cultural de la Municipalidad de Cutral Co, y propondrán mañana, a las 18 en Neuquén Capital -en el parque central del Museo Nacional de Bellas Artes, Mitre esquina Santa Cruz- con "Al rescate de la Imaginación" Atardecer de jueves. Después del ensayo final de la producción que traen a la región, Ernesto se encontró con "Río Negro", distendido, sin huellas de cansancio, con ganas de charlar y de recordar. "El mundo va tan rápido que se están perdiendo un montón de cosas. Es complicado y hondo como estamos hoy por hoy en cuanto a valores en la realidad argentina política y cultural. Abstrayéndonos de eso, particularmente en los niños, en los medios de comunicación, cada vez se estimula menos la imaginación. Tienen todo digerido. Es verdad cuando mi papá me decía que como no le compraban juguetes, el se los hacía. Yo no porque no era necesario, ya estaban hechos en los ´70, pero podía salir a jugar a la calle. Hoy no tienen ninguna de esas dos posibilidades. Cuando era pibe -nací en el 69- había cuatro canales si vivías en Capital Federal, dos -con suerte- en el interior y ahora tenés ochenta con cinco o seis exclusivos las veinticuatro horas, para niños. Si sumás Internet, videogames, las consolas de juegos, todo va contra el desarrollo propio de la imaginación, de inventar los propios juegos", dice Ernesto, la mitad del dúo. - También contribuyen a que el cuerpo no salte, no corra, no se mueva, cosa que ustedes estimulan desde el escenario. -Totalmente. Yo siempre fui porteño, pero en un pueblo pequeño de Santa Fe, Chañar Ladeado, pude vivir tres o cuatro meses al año. Agarraba la bicicleta de mi tío y el mundo era mío. Y creo que el espíritu de Los Cazurros pasa por ahí. Cuando empezamos con Pablo a trabajar, a escribir espectáculos, nos proponíamos acordarnos de qué nos divertía en la niñez. En la cabeza yo tengo la imagen de salir al pueblo, ir por las afueras, quintas, campo, a tener aventuras; y Pablo, en Mar del Plata, lo mismo. El nació allí y luego vino a vivir a Buenos Aires. El alma de los espectáculos, muy adentro, es esa libertad, esa búsqueda de inventar los juegos propios, las historias propias, y compartirlas. Por eso seguimos siendo independientes también, porque hacemos lo que queremos y de la forma que queremos, como cuando jugábamos de pibes. Ese es nuestro espíritu al trabajar. -Pasado el tiempo, puede que la fórmula inicial se transforme en un sello que se repite, se copia a sí mismo. ¿Cómo realimentarla para que eso no ocurra? -Nosotros, cada año, cada dos, intentamos renovarnos. La propuesta que trajimos a Neuquén, "El rescate de la imaginación", tiene que ver con una evolución constante del trabajo de cada uno. Tenemos bases clásicas de Los Cazurros, siempre un espíritu lúdico, de aventura, con eso que nos disparaba cuando chicos al inventarnos un juego. Desde ahí, comenzamos a escribir. Y aparecen dos líneas, una la aventura propiamente dicha, donde sabemos que los chicos se van a interesar, que vamos a atrapar su atención. Y después hay una opinión, un punto de vista. En "Diversión", por ejemplo, hay un dueño de multimedia que quiere apoderarse del juego? Quizás para los niños solamente es el villano, pero para nosotros es un empresario que lo quiere porque es lo único que no puede comprar. Si no lo puede adquirir, lo va a robar. Trabajamos para chicos, para todo público y también para nosotros. A partir de la excusa de un espectáculo para chicos, poder divertirlos, rescatar su imaginación y brindar algo más al adulto que los acompaña. -A la inteligencia de los niños. -Hay recursos, estructuras del humor, que son básicos en los chicos y no cambian. Si les hacés prrrrrr (risas) se van a reír como vos ahora. El tema es sobre qué contexto lo utilizás. Te voy a confesar que me cuesta escapar de esos chistes, pero la diferencia es cómo se los usa. Si te basás sólo en eso y es totalmente vacío, estás menospreciando a quien mira. Pensamos que Los Cazurros es una forma de entretener de modo inteligente, en base a un humor. Sabemos que un espectáculo es un entretenimiento, pero intentamos rescatar la imaginación y tratamos de desarrollarla desde hace ya quince años. -¡Qué lento transcurría el tiempo mientras jugábamos a las visitas bajo la mesa de la cocina que era nuestra casa! _Totalmente. Si bien el tiempo de adulto es otro, hoy pasa demasiado rápido. Nosotros hacemos funciones constantemente. El domingo pasado actuamos para chicos de diez años y parecían de trece. Estaban esperando bailar reggaeton, rap, cumbia, y no disfrutar del teatro. Lo hicimos igual, se divirtieron, pero? ¡Que raro está el mundo que se están quemando etapas! Antes, a los diez, jugábamos de otra forma. No digo mejor ni peor? No sé qué va a pasar cuando ellos crezcan. Para ser adolescente hay tiempo? Cinco o seis años para divertirte y sufrir? Me parece que se relaciona con los modelos que se ven en las tiras de televisión para preadolescentes. Si se las observa, son chicos de quince, dieciséis que actúan de doce. Entonces, los que miran quieren ser eso y el de diez quiere tener dieciséis y se pierden cuatro, cinco años que jamás se recuperan. Los más chiquitos están un poco salvaguardados por la inocencia misma. Pero luego se pierde muy rápido y aleja la capacidad de asombrarse y jugar a que si agarrabas un paraguas, era un paracaídas. Ahora te gritan, es un paraguas! Ya lo sé? Antes era un paracaídas para todos y si usás la imaginación puede serlo. - Te ponías el delantal de tu mamá a la espalda, atado al cuello, y eras Batman o Superman? _Yo usaba las cortinas de mi abuela. No es que hoy no tengan imaginación, todo -los modelos de los medios- hacen para que no esté, para no fomentarla. Nuestro espíritu busca desarrollar esa cosa de ¡dale que vamos a compartir un juego, una aventura! Siempre decimos que termina el espectáculo y lo bueno comienza cuando llegues a tu casa y te pongas a inventar tus juegos.
PARA AGENDAR EDUARDO ROUILLET | ||
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