ASUNCIÓN.- El presidente del Paraguay, Fernando Lugo, pidió perdón por el escándalo generado por las denuncias de paternidad, desmintió que haya pensado en renunciar y rechazó la chance de que existan maniobras desestabilizadoras contra el Ejecutivo.
"Soy un ser humano y por tanto nada humano me es ajeno", dijo en el Palacio de Gobierno a los periodistas.
Este político novato y ex obispo católico que terminó en 2008 con 61 años de hegemonía del Partido Colorado, ya venía sufriendo una feroz oposición dentro y fuera de su gobierno de coalición. Ahora, cuando tres mujeres aseguran que concibieron hijos suyos, el poder del jefe de Estado paraguayo se ha debilitado más.
"Quiero dar la mayor tranquilidad posible al pueblo paraguayo ante los rumores de supuesto cambio, de inestabilidad o de conspiración", señaló Lugo, que prometió entregar el gobierno el 15 de agosto del 2013, como prevé la Constitución.
Lugo se defendió pidiendo públicas disculpas: "Soy un ser humano, y al tiempo de pedir perdón, quiero ratificar que mi versión será siempre la verdad, por la vía de los trámites judiciales", afirmó.
Además, se definió como "una persona imperfecta", prometió asumir "todas las responsabilidades presentes y futuras de aquellas situaciones" que le conciernen y garantizó que no dejará "al pueblo paraguayo sin la revelación de la verdad".
Aunque no mencionó ni a las mujeres que lo señalan como padre de sus hijos ni a las relaciones que eventualmente tuvo con ellas, todo el tiempo Lugo aludió a las denuncias en su contra.
Hasta ahora, el mandatario Lugo reconoció y dio su apellido a un niño de 2 años, fruto de su relación con Viviana Carrillo, de 26 años. Pero esta semana se conocieron otros dos casos: el de Benigna Leguizamón, de 27 años, con un niño de 6 años, y el de Damiana Morán, de 39, con otro de 1 año y cuatro meses.Lugo eludió responder a la pregunta respecto a si los dos nuevos casos de supuesta paternidad son ciertos.
El ex obispo comenzó a militar en política en 2006, pero colgó los hábitos en 2007 para postularse a presidente. Para llegar al poder, este admirador de la Teología de la Liberación se alió con la tradicional fuerza rival de los colorados, el Partido Liberal Radical Auténtico.Su vicepresidente en el Gobierno es el liberal Federico Franco, pero ambos se distanciaron a poco de asumir, en agosto pasado.
Franco aclaró que no acompañará "ningún pedido de juicio político" para destituir a Lugo porque "no hay causales". La Constitución paraguaya establece que para que el Congreso inicie un juicio político se necesitan dos tercios de los votos. El Partido Colorado y los demás grupos opositores no suman esa cantidad, pero podrían alcanzarla si tuviesen el apoyo de los liberales, que están divididos entre los seguidores de Lugo y los de Franco.