Consciente de que con un empate le alcanzará para asegurar su clasificación a los octavos de la Libertadores, Boca enfrenta desde las 20 a Deportivo Cuenca en Ecuador sin varios de sus habituales titulares.
Los puntos en juego también son vitales para el Cuenca, que con un partido menos está tres por debajo de Deportivo Táchira en la puja por el segundo y último lugar clasificatorio.
Las condiciones en que llegó Boca a Guayaquil, desde donde viajará a Cuenca pocas horas antes del partido para contrarrestar los efectos de los más de 2.500 metros de altitud, no son las mejores. JR Riquelme, referente indiscutido, se quedó en Buenos Aires por su fascitis plantar al igual que Julio Cáceres, otro incuestionable titular, por una fatiga muscular, y Juan Forlín, de muy buen rendimiento en los últimos tiempos, por una distensión en el aductor izquierdo.
También falta Luciano Figueroa, todavía internado luego del cólico renal que se le declaró antes clásico frente a River. Por si todo esto fuera poco, Martín Palermo, viajó descompuesto, por un trastorno digestivo, pero ya está recuperado y será de la partida. La otra duda de Ischia es quien lo acompañará: Palacio o Mouche. Es probable es que el DT ubique a Nicolás Gaitán como volante por izquierda y a Leandro Gracián como enganche, aunque cabe la variante de que Juan Krupoviesa sea uno de los volantes, Gaitán sea el enganche y Gracián esté entre los suplentes.
Boca tiene hasta ahora puntaje ideal, con cuatro victorias en igual número de juegos, y en el peor de los casos, todavía tendrá la posibilidad de clasificarse con un empate cuando reciba en La Bombonera al Táchira, el 30 de abril.
