Pasa siempre en San Lorenzo cuando al entrenador de turno se le cierran los caminos y ya no hay retorno en la relación con la gente. Fagocitado por la presión, se va antes de tiempo. Y en algunas ocasiones, como ocurrió ahora con Miguel Ángel Russo, ni la salida del técnico alcanza para descomprimir la situación. Boedo se trasforma en un hervidero, llega el nuevo DT (¿futura víctima?) y saca las papas del fuego.
En ese lugar estará desde hoy Diego Simeone, intentando enderezar el rumbo del ´Ciclón´ tras el descalabro en el que ingresó el equipo desde que quedó eliminado de la Copa Libertadores, el gran sueño de los hinchas que se niega a hacerse realidad.
En San Luis de Potosí, San Lorenzo recibió el golpe de nocaut, del que no se pudo recuperar. Lo que vino después fue un espectro que deambuló ante Vélez y en Tucumán frente a San Martín, por el Clausura.
Quedó claro que por Flores Sur, donde hoy Simeone se encontrará por primera vez con el plantel, no alcanza con un título local. Ramón Díaz alcanzó esa meta pero tuvo que irse luego del triste periplo a Quito, el año pasado, cuando la Liga Deportiva Universitaria lo dejó sin nada en la Libertadores.
Por ello para Simeone no será un objetivo sencillo, porque similar experiencia tuvo en su aún fresco paso por River, cuyas gestión cargará con el estigma de haber dejado último, por primera vez en la historia.
Cosa rara las estelas que dejó Simeone en su paso por los pocos clubes que dirigió. Hincha de Racing, al que enfrentará en su debut con el buzo azulgrana el próximo fin de semana, dirigió por primera vez al equipo de sus amores y tras una serie de resultados negativos se tuvo que ir, pero los simpatizantes lo reclamaron cada vez que las derrotas acosaban en Avellaneda.
En su segunda experiencia salió campeón con Estudiantes pero prefirió irse ante el ofrecimiento de River.
En Núñez también salió campeón pero no alcanzó. A la vuelta de la esquina lo encontró el Monumentalazo que justamente San Lorenzo le estampó aquella noche, dejándolo fuera de la Copa. Lo dejó último en el Apertura y tampoco pudo conseguir la Sudamericana. Así y todo, Simeone se fue de River mejor de lo que quedaron los jugadores.
Ahora comandará a San Lorenzo, al que llegó de la mano de Marcelo Tinelli, y como en todo comienzo las expectativas contienen ilusiones y Simeone surfea sobre esa ola. El ´Cholo´ tendrá un contrato hasta junio de 2010, pero además de llevar el barco a aguas más tranquilas con objetivo de puerto seguro, deberá adoctrinar a los jugadores y definir quiénes se mantendrán en la nave.