GINEBRA/BERLÍN.- Tras Israel y Estados Unidos, también Holanda, Australia y Alemania anunciaron ayer que no participarán en la conferencia sobre el racismo de la ONU que comienza hoy en Ginebra.
La preocupación ante una condena unilateral a Israel y una intervención del controvertido presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, están llevando a un creciente número de estados a cancelar su asistencia a la conferencia.
Israel quiere boicotear la intervención de Ahmadinejad. La radio pública israelí anunció ayer que Jerusalén presiona al presidente suizo, Hans-Rudolf Merz, para que suspenda un encuentro previsto con Ahmadinejad y no le estreche la mano.
Israel asegura que el presidente iraní respalda el terror y no reconoce el derecho de existencia del Estado hebreo. El embajador israelí ante Naciones Unidas en Ginebra, Ronny Leschno Yaar, sostuvo en la emisora de radio que Suiza pretende "congraciarse ignominiosamente con un negacionista del holocausto y un país que odia a Israel".
Aunque la intención sea propiciar una moderación de la postura de Ahmadinejad, la cita seguramente tenga el efecto contrario, afirmó el representante israelí en Ginebra.
Israel siente amenazada su existencia por Irán. El nuevo primer ministro Benjamin Netanyahu considera el posible rearme nuclear de Irán como la mayor amenaza global.
En tanto, el ministro de Exteriores holandés, Maxime Verhagen, señaló ayer que algunos estados siguen intentando utilizar la conferencia de la ONU para manifestar su concepto religioso acerca de los derechos humanos. Precisamente aquellos países que "tienen aún mucho que hacer en el terreno de los derechos humanos" intentan "llevar a Israel unilateralmente al banquillo de los acusados", explicó el ministro.
La conferencia pretende reanudar la gran conferencia antirracismo de Durban, celebrada en 2001. Entonces unos 170 países acordaron elaborar un programa de acción para combatir la discriminación. El encuentro finalizó con un escándalo. Los representantes de Estados Unidos e Israel abandonaron indignados la cumbre por el aluvión de críticas vertidas contra el Estado judío.
(AFP)