NEUQUÉN (AN).- "Los historiadores me van a cortar la cabeza". Diego Suárez, profesor en Historia, sabe que lo que dice es cierto, especialmente después de escribir un libro novelado sobre historia antigua.
Se trata de un trabajo de casi 130 páginas destinado a los alumnos de primer año del nivel medio que se presentará el próximo viernes en el Aula Magna de la Universidad Nacional del Comahue a las 20.15.
"Cuentos de historias?lejanas" nació en el aula hace dos años, en forma experimental. Los resultados fueron, según el autor del libro, más que suficientes como para encarar un proyecto ambicioso: escribir un libro que transforme a la historia en entretenida y que los personajes dejen de ser tan lejanos como los siglos que los separan de la actualidad.
La tarea no parecía sencilla. Suárez lo explica de otro modo: "Trabajando con ficción, el alumno accede a un conocimiento histórico de un modo más emotivo y profundo".
"Los alumnos entendieron el proceso sin memorizar la historia", recordó Suárez aquella primera experiencia con sus alumnos, en una entrevista con este diario.
El libro contiene una primera parte donde aparecen los cuentos divididos en cinco capítulos. El descubrimiento del fuego, el hombre cazador, la evolución de la civilización alrededor del río Nilo, la expansión de Grecia y el invencible Imperio Romano son historias ficcionadas con cierto rigor histórico. "No pretendo reemplazar el manual de historia. Me animo a hacer literatura desde la historia", aclara Suárez.
Dramatización y contexto
La segunda parte del trabajo, la más histórica en su concepto tradicional, incluye el contexto de los relatos iniciales. Por último, se proponen trabajos para realizar en el aula que apelan al uso de técnicas expresivas, como la dramatización de los eventos históricos y el uso de la música y la literatura.
Suárez desarrolla esta experiencia en dos escuelas de Plottier, en la EPET 9 y en la 19. Al menos 600 alumnos ya aprendieron historia antigua con este sistema y otros colegas de Suárez también utilizaron su idea para enseñar la materia en otros establecimientos de esa ciudad.
El trabajo contiene dibujos hechos por Carlos Haderne, Valentina Pinti y Damián Sánchez. Dos de ellos fueron alumnos secundarios que sumaron su arte tras aprender o leer el trabajo de Suárez.
En la tercera parte, la destinada a las actividades especiales, colaboraron Darío Altomaro, José María Berrud, María Olguín e Iris Sudan.
