Todo está muy intrincado. He aquí algunas pálidas para votantes.
? La vicejefa del Gobierno porteño PRO, Gabriela Michetti, se confesó muy "angustiada" con su proyectada candidatura a diputada nacional y disgustada porque la alianza bonaerense de Mauricio Macri con Francisco de Narváez y Felipe Solá y el peronismo más rancio afecta su imagen de joven dirigente en ascenso, impoluta y atractiva para los independientes.
? Desde el afecto, pero en otra vereda, Elisa Carrió, de la Coalición Cívica, le presentará batalla en el distrito. "Lilita" está horrorizada por "tanta suciedad política"; pega a diestra y siniestra a los dos PJ (el kirchnerista y el duhaldista, según su calificación) y ratifica el acuerdo con la UCR, sin privarse de llamar "mezquinos" a los radicales que en Córdoba rechazaron el liderazgo de Luis Juez y de evitar al "oportunista" de Julio Cobos, que funge al mismo tiempo de vicepresidente y potencial referente de una oposición en formación.
? El manejo de la "caja" por parte de Néstor Kirchner no es obstáculo para que cada vez florezcan más focos de rebeldía en el peronismo. Además de los "disidentes" alentados por Eduardo Duhalde y solventados por el empresario y diputado De Narváez, apareció una trilogía que sintoniza con el campo (Schiaretti en Córdoba, Reutemann en Santa Fe y Busti en Entre Ríos), más desafiantes solitarios, como Das Neves, de Chubut, y otros mandatarios que por ahora nunca dejan de estar en la foto de familia aunque por lo bajo no ocultan sus diferencias.
? Pese a tratar de crear conciencia democrática y participativa, los cuatro conductores de la Mesa de Enlace Agropecuaria hicieron "ole" a los ofrecimientos para disputar bancas parlamentarias. Carrió reprochó las negativas de Llambías, de CRA y De Angeli, de la FAA. "Actúan como vedettes sin vocación de servicio", lanzó. "Soberbia", le contestaron.
Las nominaciones "testimoniales" -abiertamente engañosas, pues los que las aceptan avisan que se juegan a todo o nada por el proyecto K pero que no asumirán- encuentran piedras en el camino. Santiago Montoya, el pertinaz recaudador impositivo de la provincia, se negó a ir de candidato a concejal en San Isidro y en un comunicado resaltó que el oficialismo "ha perdido la capacidad de escuchar a la sociedad, a los líderes opositores y a los sectores sociales y productivos". Consecuencia, el gobernador Daniel Scioli, atado a la suerte de los Kirchner y por orden de éste, lo echó.
"Eso significa que vamos a matar o morir. Los que están con el gobierno no pueden asumir estas posiciones imprudentemente críticas", avisó a "Río Negro" un funcionario que, a la vez, aseguró que el próximo viernes se proclamaría la fórmula Kirchner-Scioli en el clave distrito de Buenos Aires.
En algún momento se especuló que Scioli sería el protagonista exclusivo, para sacar provecho de su mayor popularidad en una sociedad crispada también por la inseguridad y el dengue. Sin embargo, el pingüino no está dispuesto a ceder terreno y darse por vencido antes de que hablen las urnas el 28 de junio.
No hay indicios de que la tranquilidad vaya a ganar los espíritus en los próximos meses. Por el contrario, el gobierno y sus adversarios no se dan tregua. No hay visos de que concluya en el corto plazo en melodrama nacional.
La discusión sobre una declaración de emergencia nacional por la epidemia de dengue se terminó cuando el senador Miguel Pichetto, jefe de la bancada del Frente para la Victoria, tras recibir un llamado de la Rosada hizo votar en contra. "Tres cuartas partes del país no están afectadas por el dengue. Una manifestación de esa envergadura hubiese sido autodestructiva para destinos turísticos, bienes y servicios", justificó.
La ministra de Salud, Graciela Ocaña, que vio frustrada una emergencia parcial por regiones, habría decidido no responder positivamente al llamado para acompañar a Kirchner y Scioli en Buenos Aires. Resta saber si su indocilidad será tolerada o se le indicará la puerta de salida como a Montoya.
ARNALDO PAGANETTI
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