WASHINGTON, EE.UU. - Una postura menos dogmática sobre la ciencia y el cuidado del medio ambiente ratificó ayer la administración del presidente estadounidense Barack Obama al reconocer el efecto dañoso de las emisiones de CO2 y flexibilizar -aunque no liberar- los experimentos con células embrionarias.
En un nuevo quiebre respecto de las políticas del ex mandatario George W. Bush, la administración Obama estableció ayer que los gases de efecto invernadero amenazan la calidad del aire y la salud pública.
La Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA) aumentó su presión sobre la política de regulación de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero.
La decisión, que ahora deberá ser entregada para su comentario público dentro de 60 días, permitiría al gobierno regular las emisiones de la industria de seis gases de efecto invernadero, incluyendo el dióxido de carbono, bajo las leyes de aire limpio existentes, y sin aprobación adicional del Congreso. Esto podría asimismo allanar el camino para estándares más estrictos para las emisiones de coches, fábricas y otras fuentes del calentamiento global.
El gobierno de Bush había rechazado durante años regular las emisiones dañinas para el medio ambiente por considerar que estas medidas afectaban a la economía.
Paralelamente, ayer, el gobierno autorizó a los investigadores sostenidos con fondos federales a usar células de embriones de las clínicas de fertilidad destinadas a descartarse. Las nuevas reglas no levantan del todo los límites a los científicos ya que no podrán producir embriones con fines únicamente experimentales.
El límite decepcionará a algunos científicos que esperaban usar una variedad más amplia de células. Los investigadores tratan de manipular las células embrionarias madre _también llamadas troncales o germinales y que se pueden transformar en cualquier célula del cuerpo_ para crear algún día tejidos sustitutos y un mejor tratamiento, posiblemente incluso la cura, de enfermedades que van de la diabetes a las lesiones de la médula espinal pasando por el mal de Parkinson. Dichas células pueden propagarse indefinidamente en las probetas, pero al seleccionarlas se destruye un embrión de días, un resultado al que muchos se oponen por motivos morales. (DPA, AP)