Viernes 17 de Abril de 2009 > Debates
La trama de la corrupción
Alejandro Rojo Vivot toma varias obras literarias para ilustrar el fenómeno de la corrupción, con el objetivo de que los estudiantes vean de forma tangible los perjuicios sociales de estos delitos.

"Una vez había oído decir a Don Corleone que "un abogado, con su cartera de mano, puede robar más que un centenar de hombres con metrallas". "El Padrino", de Mario Puzo.

 

Si es cierto que la realidad supera la ficción, nadie puede asombrarse de que un libro analice la corrupción tomando como base obras literarias.

Eso hizo Alejandro Rojo Vivot, de la ong Avina, un lector y escritor infatigable, autor, entre otras cosas, de trabajos críticos sobre el modo en que la prensa trata temas vinculados con la discapacidad.

En su libro "La corrupción siempre es perversa. Aportes de la ficción literaria" editado por Avina y de distribución gratuita, Alejandro Rojo Vivot va estructurando el análisis de la ficción y la realidad con interesantes datos de juristas y notas periodísticas.

Pero su objetivo está claro desde el comienzo: el trabajo es una exhortación a los docentes a que agudicen la imaginación a fin de utilizar el material literario para una enseñanza práctica de los valores éticos, a fin de despertar en sus alumnos el sentimiento de rechazo a las conductas de abuso de autoridad, coima, soborno, tráfico de influencias, burla de las leyes y similares.

Toma para ello una cita de Luis Moreno Ocampo referida a que "los grandes casos que llegan a Tribunales son sólo muestras de la vigencia de ciertos códigos prácticos en los negocios del país" y que "una Justicia eficaz requiere que una prevención eficaz reduzca el problema. Cuando se reduzca del 50 al 5 el porcentaje de la sociedad que puede estar involucrada en casos de corrupción, será la Justicia la responsable de enfrentar el problema".

En el caso particular, Moreno Ocampo afirma que "cuando ocurre un homicidio hay sangre, pistas y un cadáver, y el problema de la Justicia es hallar el asesino. En un delito de corrupción todo es distinto: todos saben -el investigador, el juez y, sobre todo, la sociedad y los periodistas- quién es el responsable; el problema es demostrar que hubo un crimen, que se cometieron acciones ilegales". Refiere también Rojo Vivot a una novedosa cláusula de la Constitución de Bolivia redactada en diciembre del 2007. En su artículo 109 dice: "Son deberes de las bolivianas y los bolivianos: ...8) Denunciar y combatir todos los actos de corrupción". El 113 declara imprescriptible el fraude económico al Estado cometido por servidores públicos.

Las obras literarias elegidas para describir la corrupción son "Los viajes de Gulliver", de Jonathan Swift; "Martín Fierro", de José Hernández; "La bestia humana", de Emile Zolá; "La isla de los pingüinos", de Anatole France; "El Padrino", de Mario Puzo; "Teresa Batista cansada de guerra" de Jorge Amado, entre otros. En citas del "Martín Fierro" refleja el autoritarismo judicial o militar, la corrupción, la connivencia corrupta, la tortura y el fraude electoral.

De "El Padrino" toma numerosas escenas en las que "el silencio es la base del mecanismo donde casi todo se vende y todo se intenta comprar; la lealtad es sólo haber fijado el precio y que éste haya sido abonado por la acordada contraprestación. Los que se niegan a entrar o intentan salir son aniquilados. Es como el sistema feudal, donde el señor todopoderoso, el Padrino, protege a todos los que le son fieles, inclusive aceptando dar la vida a la manera del derecho de pernada, a los que aceptan vivir en los intramuros son la familia, la cosa nostra".

Cita a uno de los personajes cuando dice: "Yo creo en mi familia. Creo en ti y en los hijos que podemos tener. No confío en la protección de la sociedad y no tengo intención alguna de poner mi destino en manos de unos cuantos tipos cuyo único mérito reside en habérselas ingeniado para conseguir los votos de la gente".

Ese esquema necesita de un Estado ineficiente y venal, ya que el tráfico de favores no se justifica cuando cada uno cumple con rapidez sus funciones específicas. La falta de controles y los funcionarios designados sin un concurso público serio son los mejores aliados de la corrupción.

Particularmente interesante resulta una cita de "El Padrino", en el que uno de los interlocutores de Don Corleone le dice: "Necesito un hombre que tenga amigos poderosos. Algunos de mis hombres serán atrapados en el transcurso de los años. Eso es inevitable. Ninguno de ellos estará fichado por la policía, eso lo prometo. Por ello, lo lógico será que los jueces les impongan condenas breves. Necesito un amigo que pueda garantizarme que cuando mis hombres tengan problemas no vayan a pasar más de un año o dos entre rejas. Si es así, seguro que no hablarán. Pero si los condenan a diez o veinte años, ¿quién sabe? En este mundo hay muchos hombres débiles. Pueden hablar, pueden comprometer a los demás. La protección legal es importantísima. Tengo entendido, Don Corleone, que tiene usted más jueces en el bolsillo que pelos tiene un gato". La profundidad de análisis de Rojo Vivot contribuye a que su trabajo sea tan cautivante como una novela y tan motivador como un ensayo. Un alegato que recuerda al "Yo acuso" de Emile Zolá, tal vez uno de los más enérgicos repudios al silencio social frente a los abusos del poder.

 

Por ALICIA MILLER

amiller@rionegro.com.ar

 

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